jueves, 25 de febrero de 2016

ENVASES PARA CERVEZA: LA LATA

Hoy Arriaca presenta su nuevo envase en lata para sus cervezas, el primer elaborador “artesanal” español que se atreve con este formato. Lamentablemente no puedo asistir al evento, pero esta noticia me sirve de excusa para escribir algo en la sección más abandonada de este blog, esa que lleva por nombre “Lo esencial” y que trataba de recopilar información sobre temas didácticos y básicos sobre el mundo de la cerveza. Así que, esta entrada, será la primera de varias en la que trataré de analizar y dar mi opinión sobre los distintos formatos en los que podemos encontrar la cerveza.


Siempre he oído que la cerveza, para que llegue a nuestro gaznate en perfecto estado, tiene tres enemigos: el contacto con el aire, la luz directa y la temperatura. Así que en un análisis formal habría que atender a estos tres factores. Pero personalmente, añadiría otros dos: el sabor que puede transmitir un envase a la cerveza y el efecto psicológico sobre el consumidor del envase, ya que todo ello va a determinar que nuestra experiencia cervecera sea agradable o no.

Hay que decir que últimamente la lata se está convirtiendo en un envase de moda en la cerveza, de hecho, en alguna ocasión he leído como algunos compañeros blogueros se preguntaban cuál sería el primer elaborador “artesano” español en sacar su cerveza en este formato... pues bien, ya lo tenemos.

Si lo utilizan las grandes industriales nos podemos hacer una idea de cuáles son sus requerimientos y ventajas. Básicamente, necesita producciones grandes dada la importante inversión que requiere adquirir un equipo para enlatar, aunque un elaborador también puede alquilar equipos cuya capacidad no esté al 100% o viceversa.

La lata tiene grandes ventajas en el almacenamiento y distribución, pesan y ocupan menos espacio y son fácilmente apilables, lo cual para vendedores y consumidor es también una ventaja, ya que nos cogerán mayor número de ellas en el frigorífico.

Son la delicia de un diseñador gráfico, ya que cuentan con mayor superficie de diseño y se puede jugar con composiciones entre ellas.

Respecto a la cerveza en sí, pues en teoría se conserva mejor que una botella convencional, puesto que la luz no penetra y daña la cerveza. Se trata de un recipiente estanco con lo cual tampoco permite la entrada de aire. Para determinados estilos muy sensibles tiene grandes ventajas.

Creo que las principales desventajas, se encuentran en la mente del consumidor. Lo ya comentado relacionamos este formato con las llamadas “cervezas industriales” y productos de baja calidad. Lo utilizan las grandes corporaciones cerveceras y eliminar este efecto sobre nuestra percepción lleva tiempo. Aunque muchos elaboradores de cerveza de calidad se han puesto a ello desde hace tiempo, me viene a la mente el caso de la Heady topper de Alchemist.

Además, está ¿el sabor metálico? de la lata. Siempre sostuve que era capaz de reconocer por su sabor una cerveza de lata de otra que estuviera en otro soporte, pero un día un amigo que trabaja en una empresa que fabrica latas, me comentó que el interior de las latas se forra para que no contamine el sabor y que el contenido sabe a metal cuando lo bebes directamente de la lata y el olfato actúa completando el sabor de la bebida con el olor externo esta... evidentemente lo comprobé y era cierto.

Por último, para un coleccionista de etiquetas como yo, la lata presenta otro gran inconveniente y es que aquellas cervezas que bebo en lata nunca tendrán representación en mi colección, asunto que me ha tirado para atrás en alguna ocasión a la hora de comprar cerveza.

Con todas sus ventajas e inconvenientes creo firmemente que tendremos que irnos acostumbrando a ver grandes cervezas de calidad en este formato.



jueves, 18 de febrero de 2016

MIKKELLER BIG WORSTER

Mikkeller again!!! Pues sí, otra vez Mikkeller en este blog… y quiero dejar claro que no recibo sobornos en forma de cerveza por ello ni nada parecido. La explicación tiene su origen en mi relación de amor-odio con las cervezas de este elaborador danés que se inició hace ya unos cuantos años.

Estaba de viaje por Europa, en unas vacaciones en las que había dejado mi agenda cervecera en casa y de repente un chico con un vaso de plástico lleno de un líquido oscuro se acercó a ofrecerme aquel brebaje. Lo probé, me pareció demasiado amarga y aunque no me convenció demasiado le dije que estaba bien, que era muy intensa mientras me daba la vuelta.

El chico fue lo suficientemente hábil para rápidamente derramar otro poco de otra botella y ponérmela en la mano antes de completar la maniobra de fuga. La probé y al instante quedé maravillado. Entablé una conversación que acabó con una bolsa llena de cervezas. Mientras me alejaba veía la cara de satisfacción del chico, seguramente había hecho la tarde conmigo.


Cuando llegué a casa me puse a investigar sobre aquel elaborador que tanto me había sorprendido y descubrí que era Mikkeller y que ya por entonces tenía cerca de 300 cervezas!!! Y yo que pensaba que me había llevado todo el surtido y me faltaban 295 cervezas.

Por entonces, era un coleccionista empedernido de etiquetas y mi reacción fue “Mikkeller fuera de mi colección”… si no podía completarla para qué intentarlo. Y así pasaron los años hasta hace aproximadamente dos años, que reorienté mi colección y pasé a coleccionar únicamente lo que bebía.

Casi coincidiendo con la creación de este blog me propuse recuperar el tiempo perdido y desde entonces decenas de Mikkeller han visitado “mi baúl” así que no es extraño que se cuelen habitualmente en este blog, por encima de otros elaboradores que quizás me gusten más… o no, porque lo cierto es que tiene varias cervezas entre mis favoritas.

A estas alturas ya no voy a decir nada de un elaborador del que existe muchas publicaciones en la red y que es de sobra conocido por la mayoría de amantes a la cerveza, así que sin más paso a hablar de la cerveza que centra este post.


BIG WORSE WORST WORSTER

Se trata de Big Worster, un Barley wine al estilo americano de 16,5% de contenido alcohólico. Elaborado en las instalaciones de De Proef (Bélgica) y que al ver la etiqueta y el nombre me ha hecho recordar a una de aquellas primeras cervezas que compré de Mikkeller llamada Big Worse. Ahora solo se trata de descubrir si este tan parecido en nombre tiene algo que ver con aquel y sobre todo si me consigue entusiasmar de igual manera.



Descripción:

Es de color dorado-anaranjado. Algo turbia, de hecho, pueden verse con toda claridad las partículas en suspensión. Al verterla en la copa genera una buena capa de espuma, sobre todo teniendo en cuenta su graduación alcohólica, pero desaparece rápidamente para dejar una fina capa, que eso sí, va dejando lazada en las paredes de la copa.

El aroma ya nos adelanta lo que nos vamos a encontrar en el sabor, predominan las maltas, es afrutado, como a fruta madura y ya se distinguen notas alcohólicas y caramelo.

El sabor es maltoso, a las notas ya detectadas en el aroma de fruta madura y caramelo, se unen algún matiz cítrico. El alcohol está presente, aunque teniendo en cuenta su graduación alcohólica podríamos decir que se encuentra bien escondido, aunque calienta el gaznate. No es que sea una cerveza con un gran cuerpo, de hecho, tiene el justo y necesario para mantener a duras penas una cerveza tan vigorosa.

Conclusiones:

Este Mikkeller es un granuja!!! me ha vuelto a embriagar con una de sus cervezas. Repasando mis notas diría que se parece bastante a su precesora. En mi opinión, todo está en su justa medida: dulce pero no empalaga, su graduación alcohólica es sorprendente para lo bien que entra, sobre todo en un día frío de invierno.

En definitiva, una gran barley wine, de hecho, no alcanzo a comprender algún comentario no muy positivo sobre esta cerveza. Pero ya se dice, que sobre gustos no hay nada escrito… a mi me ha convencido.


Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,75/10




Ficha Técnica:
Fabricante:
Mikkeller.
Elaborada en:
De Proef (Bélgica).
Estilo:
Barley wine.
Color:
Dorado anaranjado.
Alcohol:
16,5% Alc.
IBUs:
N/A
Temperatura:
12º
Servir en:
Copa snifter.



viernes, 12 de febrero de 2016

PIENSA GLOBAL BEBE LOCAL

La primera vez que leí el lema “Piensa global bebe local” aplicado a la cerveza fue en una publicación americana a finales de los años 90. Me llamó la atención, como adaptación del lema atribuido originalmente a Patrick Geddes y popularizado por Frank Feather. Lema que descubrí en mi época universitaria como “Think globally, act locally” dentro de un contexto de sostenibilidad y como estrategia de marketing para grandes multinacionales.

Sin duda, un buen lema aplicado al mercado cervecero americano de entonces, con un mapa plagado de microcervecerías y grandes distancias entre ellas, donde se hacía muy difícil que un pequeño elaborador pudiese abastecer a otro mercado que no fuera el local.

Se decía al bebedor de cerveza, que la micro de al lado podía ofrecerle todo lo que podría desear: cerveza de calidad, gran variedad de estilos y que encima beneficiaba al productor local, a su vecino. El objetivo el mismo, crear raíces locales ya que había barreras evidentes a buscar nuevos mercados demasiado distantes.

Ya en España, varios elaboradores de cerveza de los llamados “artesanales”, han adoptado este lema como arma básica en su marketing de batalla. Me viene a la mente Dougall’s donde este lema viene impreso en la chapa de las botellas.

Todo esto surge de un comentario en las redes sociales en el que un elaborador exponía sus idea lícita y loable de “elaborar cerveza aquí, para consumir aquí y estar cerca de la gente que bebía su cerveza”. Así pues, este comentario me sirve de excusa para exponer mi opinión al respecto.

Bueno llegado este punto, he de decir que soy contrario a lo que promulga este lema o por lo menos a la aplicación que se hace por algunos elaboradores artesanales de cerveza que lo han adoptado como una filosofía global de su negocio, lo cual bajo mi punto de vista es un error catastrófico.

El lema “Piensa global, bebe local” puede ser una solución sostenible para un hipotético mundo perfecto, donde todo mercado tiene un elaborador local que lo abastece, y donde oferta y demanda se han adaptado a nivel local. Pero en el mundo real, esto no ocurre y este lema puede ser una buena estrategia para una gran multinacional consolidada a la que le cuesta entrar en los mercados locales. Pero para un pequeño elaborador de ámbito local debe ser un lema dirigido a sus clientes y nunca su filosofía de negocio.

Entiendo que cuando eres muy pequeño tu capacidad productiva es limitada, esta puede ser absorbida por el mercado local, pero personalmente no entiendo un negocio que no piense en crecer más allá del ámbito local y que con los tiempos que corren no tenga una vocación global. Y más si nos paramos a pensar en la evolución y situación actual de la cerveza artesanal.

Bajo mi punto de vista hay varios argumentos que justifican cambiar el lema por “Piensa global, actúa global”:

- En la actualidad, no existen diferencias en el perfil del bebedor de cerveza “artesanal”, por lo menos en los países más influenciado por este movimiento. Lo cual es una gran ventaja ya que no implica un cambio de estrategia radical al introducirse en otros mercados.

- El problema de la geolocalización no es un problema en un mundo cada vez más global con canales de distribución globales e interconectado por la red, es una ventaja a aprovechar y empieza por estar presente en redes sociales, en las ferias de cerveza... hay que utilizar estas, no para vender cuatro cervezas, sino para publicitar la cerveza y abrir canales más allá de localismos.

- Cada vez estoy más convencido que esta puede ser la salida para muchos elaboradores, dada la aparente saturación de elaboradores que se producirá cuando el crecimiento del movimiento “craft” muestre signos de agotamiento. En algunas zonas geográficas quizás sea posible sobrevivir únicamente con un mercado local, pero no será lo habitual, en muchas áreas geográficas hay tantos elaboradores que a poco que crezcan… y lo harán, no habrá pastel para todos.

Ya existen muchos elaboradores que lo han entendido así y vemos algunos ejemplos de cervezas artesanales españoles que amplían mercados más allá de nuestras fronteras. Solo el tiempo les dará o quitará la razón.

martes, 9 de febrero de 2016

MIS CERVEZAS DE ENERO 2016

Enero es siempre un buen mes, cerveceramente hablando. Las Navidades y la selección especial que hago para dichas fechas... y unas cuantas celebraciones más, se convierten en un buenos pretextos para disfrutar de buenas cervezas. 

Pero este Enero ha significado, en cierto modo, un regreso a mis clásicos belgas, a las clásicas Chimay, indispensables en este época, he vuelto a saborear y disfrutas algunas que hace tiempo que no bebía (Leffe, Bush, Petrus, ...). Aunque no todo fueron belgas.


WELTENBURGER WINTER-TRAUM

Se trata de la especialidad de invierno de esta cervecera germana y que por lo tanto solo está disponible durante esta estación. Y he de decir que para discreta graduación alcohólica que posee (5,2% Alc.) es agradable de beber en un día frío y lluvioso… como fue el caso.

Ámbar oscuro, con destellos rojizos y una voluminosa espuma beige que deja algo de lazada. El aroma es sutil, se notan las maltas, pan y galletas. El sabor sigue los mismos derroteros, pero más acentuado. Las maltas dan unas notas a caramelo dominando sobre el resto de matices. El retrogusto es seco y ligeramente amargo. Cuerpo medio y textura suave hacen que se beba muy muy bien. En general una buena cerveza.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 7,5/10


AN ALARC’H KERZU

La visita veraniega a tierras bretonas está dando para mucho y para enero había reservado una cerveza bien conocida por mí y que he tomado en múltiples ocasiones. Es la imperial stout de Brasseire An Alarch’h, situada en la localidad de Feuilée (Finisterre) y uno de esos elaboradores bretones que hay que destacar por su buen hacer y buena selección de cervezas.

Esta Kerzu tiene una buena apariencia, la típica del estilo, con su color oscuro y una espuma marrón correcta. Es una cerveza intensa y potente. Tanto en el aroma como en el sabor, predominan los matices a café y cacao, aunque también creo identificar algún matiz a ciruela y fruta madura. Deja un regusto largo en la boca. Pero en conjunto si la comparamos con la mayoría de cervezas de su estilo es bastante simple, aún así, lo cierto es que funciona y realmente me gusta mucho.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8/10


BIER FACTORY VLADIBIER

Imperial Stout de Bier Factory Raperswill, en cuyas instalaciones estuve este verano y de la que pude hacerme con gran parte de su gama actual. No había probado esta Vladibier, quizás por que su Blackbier había hecho mis delicias y no sentía la necesidad de probar esta. Vladibier es de color negro y una grandísima espuma de color marrón de muy larga duración. Notas a chocolate, café, algo de regaliz y un sabor amargo peculiar.

Ha sido una verdadera sorpresa, puesto que no es una cerveza especialmente bien valorada en las webs de rating. Pero personalmente, aunque no la veo muy compleja tiene un gusto que me agrada enormemente y no puedo menos de definirla como una cerveza notable. Volveré a repetir, seguro.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,25/10


DUVEL

Un auténtico clásico belga, con muchos imitadores, pero que, en la mayoría de los casos no superiores, en mi opinión. Esta cerveza que empezó a elaborarse tras la “Primera Guerra Mundial” para celebrar su final y de la que alguien dijo alguna vez “Es un auténtico demonio” y gracias al cual lleva el nombre de Duvel (Diablo).

De impresionante apariencia, color dorado pajizo, gran espuma blanca, de las que deja lazada en las pareces de la botella. Aroma maltoso, afrutado, con notas a azúcar candy y algo alcohólico, no mucho. Sabor característico, de inmediato identificable, dulce, con las mismas notas del aroma y un poco de lúpulo. Paladar inicialmente seco pero que se vuelve suave y cremoso. Refrescante y fácil de beber, lo cual es un peligro… verdaderamente una cerveza diabólica, que todavía hace mis delicias cuando la pruebo.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10


MORT SUBITE OUDE KRIEK

No lo oculto, una de mis cervezas, en aquella época de las cervezas de importación, fue la Mor Subite Kriek, así que tras descubrir esta Mort subite oude kriek, fue la evolución lógica y de inmediato pasarme a esta lambic al estilo tradicional, elaborada por la misma cervecera.

En cuanto a la cerveza diré que tiene una buena apariencia: color rojo rubí, algo turbia. Pequeña capa de espuma rosada de duración muy corta. El aroma es frutal y ácido a cerezas y a madera. El sabor ácido ante todo, con evidentes notas a madera. En esta versión de 2009 encontramos un poco de dulce que no termina de equilibrar el sabor como debiera. Poca carbonatación y final seco y largo. A pesar de todo una buena lambic de cereza, aunque lejos de las mejores del estilo y que se encuentran entre mis cervezas favoritas.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10


BIG CHOUFFE

“Había olvidado lo rica que sabe esta cerveza” afirmaba en las redes sociales tras probarla de nuevo después de al menos 3 ó 4 años sin probarla. Y en verdad, de todas las viejas cervezas que he vuelto a probar durante este mes, ha sido la que me ha vuelto a conquistar. En formato grande de 1,5 litros, fue la cerveza que maridó una cena con amigos.

Buena apariencia, pero lo que me empezó a embaucar fue su fantástico aroma, dulce a malta, naranjas y cilantro. Con esas notas alcohólicas tan características de estas cervezas belgas. En cuanto al sabor, lo primero que se aprecia es el dulzor de la malta y al igual que en el aroma se aprecian matices a naranja y quizás canela. El alcohol vuelve a hacerse presente y el final es dulce y duradero... fantástica!!!

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10


ABBAYE DE SAINT BON CHIEN CRAN CRU 2013

¿Se puede decir que me he defraudado, cuando mi valoración es de notable alto? Pues sí, aunque como siempre digo, es una cuestión de expectativas… Abbaye de Saint Bon Chien siempre ha sido una de mis cervezas favoritas y esta versión envejecida se encuentra entre las mejores valoradas. Por lo tanto, cabría esperar fuese algo fuera de serie... pero se quedó, en mi opinión, “simplemente” en una muy buena cerveza.

Elaborada en 2013, envejecida en barricas de vino espumoso francés y embotellada en 2014. De color ámbar, nebulosa y prácticamente sin espuma. Huele a madera, con algún matiz a vino tinto y el típico aroma ácido de este tipo de cervezas. Sabor agrio y ligeramente dulce, con notas azucaradas. En cada sorbo también se identifican: uvas pasas, vino tinto…realmente es muy compleja y con mucho cuerpo. El regusto es seco y largo a madera. Quizás se podría afinar un poco el equilibrio, las notas ácidas se escapan un poco más que en la versión normal. Uno o dos años le hubieran venido muy bien para redondear este aspecto.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,75/10


CANTILLON IRIS

Elaborada por primera vez en 1998 con motivo del 20 aniversario del Museo de la Gueuze (Bruselas). Es una cerveza sensiblemente distinta al resto de cervezas Cantillon. No se utiliza trigo en su receta, se utiliza malta del tipo pale ale y una combinación de lúpulo seco y fresco. Envejecida durante dos años en barril y posteriormente se somete a “cold hopping”… el resultado es una cerveza sensiblemente diferente a otras Cantillon aun así la esencia de este elaborador es identificable desde el primer sorbo.

Naranja y algo turbia y una correcta corona de espuma blanca. En el aroma el típico perfil avinagrado con notas cítricas y afrutadas. El lúpulo se deja notar. En el sabor lo primero que me sorprende es su perfil amargo, le da un toque distinto. Por lo demás, excelente acidez y sabores afrutados, cítricos, algunas notas a roble... es muy compleja. El dulzor pasa a un segundo plano y es puramente testimonial. Es seca y burbujeante. Como siempre una maravilla probar estas cervezas, aunque me sorprende que en mi percepción esté por debajo de algunas de sus hermanas.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 9/10