viernes, 29 de enero de 2016

EL PRINCIPITO Y LA PEQUEÑA PRINCESA

La princesita tenía un pelo largo y rubio. Era tímida y se sonrojaba con facilidad. Pero por encima de todo tenía unos enormes ojos que siempre parecían estar tristes. Me preocupaba verla así, yo le preguntaba ¿Qué te pasa? y nunca contestaba, en su lugar unas lágrimas brotaban de sus ojos azules.

Desde que había llegado al Baúl siempre había estado sola. Sí, seguro que era eso, lo que se veía en sus grandes ojos era soledad, como si algo le faltara. Lo que necesitaba, era una amiga con quién jugar y divertirse. Una pena que Iris se hubiera marchado, hubiera sido una buena amiga... solo me quedaba la opción de la Duquesa, seguro que a pesar de la diferencia de edad harían buenas migas.

Así pues, le presenté a la duquesa, para que correteara y jugara con ella y alejara la soledad de su vida. Pero no funcionó. No era raro que me la encontrara sola, caminando entre los avestruces, o navegando en la pannepot con la mirada perdida en los tres montes del horizonte.

Quizás le hacía falta un chico, así que pensé entre los más apuestos del lugar. George, el boxeador, no, demasiado rudo para ella… con Gregorio no podía contar, estaba convencido de iniciar su vida monacal… Claro! Lancelot!! ¿quién se puede resistir a sus encantos? … Pero tampoco funcionó.

Un día, la descubrí en el molino, me acerqué lentamente sin que se diera cuenta y la observe. Miraba fijamente una fotografía con lágrimas en los ojos. Un ruido la sobresaltó y rápidamente guardó la fotografía en un hueco de la pared. Cuando se fue, saqué la foto y pude ver la cara de un niño de rubios cabellos y porte aristocrático.

Un día ojeando una web americana por fin pude entenderlo,… allí estaba la misma imagen de la fotografía, era un príncipe!! Removí cielo y tierra … para encontrarle, no era una empresa fácil, pero un día de diciembre, sería casualidad que fuera San Nicolás, lo encontré. El príncipe que toda princesa necesita, vivirían felices y comerián perdices y algún día serián reyes.

Y llegó el día, el joven principito estaba nervioso, se notaba a medida que nos acercábamos al Baúl donde vivía la princesita desde que llegó a casa y entonces el encuentro se produjo. La pequeña princesita reconoció al príncipe de inmediato y empezó a correr hacia él mientras gritaba…. ¿hermanito?


Esta historia es ficción, el principito y la pequeña princesa nunca llegaron a encontrarse, al menos en mi Baúl. Recibí la visita de Le Petit Prince hace unos años, en el 2012. Fue una agradable sorpresa, ya que por aquel entonces era una cerveza inaccesible aquí en Europa, creo que lo sigue siendo.

Elaborada por Jester King Brewery, era ligera y a pesar sus tan solo 2,9% de contenido alcohólico, lograba un efecto afrutado y lupulado difícilmente imaginable. Era cremosa, sabrosa y sabía a hierba.. a granja... una verdadera Saison. 

Una de esas cervezas que te hacen comprender por qué USA es una potencia mundial en esto de hacer cerveza. En mis notas, añadía que fácilmente podría convertirse en mi cerveza del “día a día” si fuera más accesible. Actualizando mis impresiones creo que esta sería mi cerveza de sesión ideal.

Le Petit Princesse fue elaborada por primera vez en Brasserie Thiriez en el año 2012 como fruto de la colaboración con Jester King Brewery. Se trataba de repetir la misma fórmula pero utilizando la levadura de la cervecera Thiriez. Llegó al baúl este verano tras mi paso por Esquelberq, donde se encuentra Brasserie Thiriez. El resultado me ha hecho recordar a aquel Le petit prince se parecen mucho, como dos hermanos gemelos y aunque tampoco es fácilmente accesible espero que sea una cerveza que nunca falte en mi baúl.



lunes, 25 de enero de 2016

CUVEE DE MORTAGNE

Hasta hace bien poco mis referencias sobre Brouwerij Alvinne eran más bien escasas. Se limitaban a unas notas, en mi "agenda de cervezas" que voy probando en mis viajes, sobre una cerveza llamada Gaspar, una cerveza demasiado lupulada para ser belga que llamó mi atención hace años… No volví a probar nada más de ellos. 

Durante este tiempo Alvinne se ha posicionado como un productor consistente e inconformista y tras las buenas críticas que tenían sus cervezas este verano en mi viaje a Bélgica se convirtió en un objetivo prioritario... y no desaproveché la oportunidad, probando entre otras esta Cuvee de Mortagne.


ALVINNE

Buscando información por la red, me he encontrado con distintas fechas de fundación, me quedo con la que indican en su propia web que datan de 2004 el inicio de su andadura. Davy Spiessens y Glenn Castelein empezaron en el cobertizo del jardín al más puro estilo homebrewer.

En la actualidad, se encuentran situados en pueblo belga de Moen, aunque inicialmente sus primeras cervezas comerciales se elaboraban en las instalaciones de De Graal (en brakel, Flandes) y según se desarrollaba el negocio se trasladaron en varias ocasiones.

Finalmente a Glenn y Davy, a finales de 2009, se unió al proyecto Marc DeKeukeleire quién completó el equipo que conforma en la actualidad Alvinne.

Fuente: Web de Brouwerij Alvinne.

Pero lo más destacado es la utilización para sus cervezas de una levadura propia llamada Morpheus. Elaboran estilos clásicos belgas, pero van más allá, destacando sus virtudes en el envejecimiento de cervezas en barrica… lo cual me encanta.


CUVEE DE MORTAGNE

Comúnmente clasificada como una “Quadrupel”, es una cerveza de 14% de contenido alcohólico. Envejecida en barricas de Pomerol.

De color marrón oscuro, turbia y con una fina capa de espuma esponjosa, que desaparece relativamente rápido. El aroma es afrutado y dulce. Se distingue caramelo, azúcar, alguna reminiscencia a “Bretts” y algo de madera. El sabor es apabullantemente dulce, pero con distintos matices entremezclados: Caramelo, azúcar, uvas pasas y una pizca de miel y chocolate. La sensación en boca es vinosa, con buen cuerpo, una carbonatación suave y quizás por el dulzor algo pegajosa. El alcohol entremezclado entre tanto dulce es menos evidente de lo que podría esperarse teniendo en cuenta su graduación alcohólica.


CONCLUSIONES

El resultado funciona, es una cerveza vinosa, en cierta medida me recuerda al oporto. El primer sorbo me hizo dudar, es muy dulce, pero sorprendentemente no empalaga. Bien es cierto, que me la esperaba más compleja pero no echo en falta gran multitud de matices, los que tiene se encuentran en su justa medida guardando un buen equilibrio.

Definitivamente, para los muy cerveceros sería el postre perfecto, eso sí mi recomendación es no dejarla que coja demasiada temperatura para que no se haga excesivamente “pegajosa”, aunque estoy convencido que una vez que empecéis a saborearla no vais a dejar demasiado tiempo a que se caliente.



Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10
  
Ficha Técnica:
Fabricante:
Brouwerij Alvinne
Elaborada en:
Moen (Bélgica)
Estilo:
Quadrupel
Color:
Marrón oscuro
Alcohol:
14% Alc.
IBUs:
N/A
Temperatura:
12º
Servir en:
Copa snifter o Copa de oporto.


lunes, 11 de enero de 2016

CERVEZA CALIENTE


El tema de las Glühbier me parece sumamente interesante, aunque inicialmente siempre me ha causado cierta repulsión beber una cerveza caliente... y cuando digo caliente, no me refiero a temperatura ambiente en un día caluroso, sino calentada.

Las Glühbier son la versión cervecera de los Glühwein, esos vinos especiados que se sirven calientes en los mercadillos que proliferan en las ciudades centroeuropeas durante las épocas navideñas, al aire libre y con temperaturas bajo cero en muchos casos.

Pero yo siempre que he bebido una de estas cervezas, en casa, ha sido bien fresquitas aun reconociendo que no habían sido creadas para dicho fin. Así que este año me propuse beberla como mandan los cánones. Tras buscar entre las distintas marcas que ofrecían una Glühbier en su catálogo, conseguí la de Appenzeller bier, elaboradas por los suizos de Brauerei Locher, muy habituales en mi baúl y frigoríco.

Para crearme una opinión más fiable, decidí tomar la cerveza fría y a continuación calentada, según indicaba la propia etiqueta, a no más de 60ºC para evitar que se evapore el 6% de contenido alcohólico de esta cerveza. En una segunda toma descubrí que la opción del microondas para calentar una jarra o taza de café es una buena alternativa. Más rápida y sencilla que calentar la cerveza en una cacerola en la vitro.

Y ya hablando de la etiqueta de esta cerveza, comentar que en ella aparece un dibujo haciendo alusión a Silverterchläuse, la ancestral celebración que tiene lugar el último día del año en la localidad de Urnäsch en Appenzell. Fiesta singular, extraña y digna de verse como pocas.

Volviendo al tema que nos ocupa, primero pruebo la cerveza fría. Haciendo una cata rápida, es de color a medio camino entre rojo y ámbar claro. De espuma y carbonatación más bien escasa. En el aroma predominan los matices especiados, que al probarla también encontramos en el sabor: Clavo, canela y nuez moscada. También es algo ácida y se puede encontrar algunos matices a cereza.


Al calentarla la cerveza se transforma en un brebaje que apenas recuerda a una cerveza, de hecho, la sensación de que te estás bebiendo una cerveza desaparece. Adquiere un tono rojizo más acusado. Ahora la carbonatación es más evidente. En el aroma aparecen notas alcohólicas y los matices especiados se intensifican. El sabor es tremendamente dulce y especiado. Es pegajosa y empalagosa. También aparecen intensificadas unas notas como a aguardiente de cereza, peladura de naranja y el final otra vez especias canela, clavo y nuez moscada, configurando un regusto un tanto artificial. Cuando llevo media jarra descubro que el alcohol parece más “cabezón”.


Como conclusión: definitivamente las Gluhbier no son para mí, al menos en un lugar que no sea un mercado de Navidad en Centroeuropa a una temperatura bajo cero, en cuyo caso esta cerveza entraría que da gusto, al igual que el vino al uso. Como se comenta en la web del fabricante, esta cerveza marida bien con unos guantes y tiempo gélido. Creo que mientras que no se den estas condiciones no volveré a probarla, al menos caliente.


La sensación de beber una cerveza caliente priva a esta de su propia esencia. Dudo que supiera diferenciarla de un vino u otra bebida alcohólica especiada caliente. Con lo cual está bien y es curioso probarla pero nada más, A mí para tomarme en casita en invierno que me den una imperial stout, una doppelbock o un barley wine.





viernes, 8 de enero de 2016

MIS CERVEZAS DE DICIEMBRE 2015

Pasadas las Navidades volvemos a la actividad bloguera e iniciamos este año con el resumen de lo que fue Diciembre. Como siempre destacando algunas de las cervezas que bebí durante el pasado mes. Aclaro que no son las que más me gustaron, sino aquellas de las que me apetecía contar algo por aquí. Así que, no están todas las que son, pero si son todas las que están. 

Como todos los años el periodo navideño hace que las cervezas que tomo durante este mes sean especiales. De hecho, ya he comentado por aquí la espléndida Angel's Shared de Lost Abbey que pasa por ser una de mis cervezas favoritas. Así que sin más, vamos con el repaso:


MONT DES CATS

No me llevo una desilusión, pues llevo meses leyendo comentarios más o menos de decepción al hablar de esta cerveza. Tras probarla, digamos que no es para tirar cohetes, pero tampoco está tan mal. Las expectativas a la hora de tomar una cerveza trapense siempre están muy altas. Bien es cierto que esta de momento no tiene la marca de calidad monacal, puesto que se sigue elaborando en las instalaciones de Chimay. En cualquier caso, no creo que tarden en trasladar su producción a su abadía para ser una cerveza trapense de pleno derecho.

En cuanto a la cerveza en sí, es de color entre ámbar y naranja, nebulosa. Con unas notas a miel y caramelo que me recuerda a alguna cerveza francesa conocida, alguna nota cítrica y algo que no me encaja, algo rancio al fondo. Quizás le falta el cuerpo de otras cervezas trapenses, a pesar de ello es una buena cerveza.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 7/10


MAISEL CHOCOLATE BOCK

Nuevamente una elaboración de los alemanes Maisel & Friends llega al Baúl de las Cervezas y cada nueva elaboración que pruebo, mantiene el nivel de las anteriores y ya se han posicionado en mi mente como un fabricante sólido y siempre con un toque sorprendente en sus elaboraciones, sobre todo teniendo en cuenta su naturaleza germana tan proclive a las elaboraciones clásicas.

En esta ocasión llega esta Chocolate bock, que, si atendemos a la descripción del propio fabricante, es una interpretación propia de una Irish Stout. Al igual que esta, es negra como ella sola, con una increíble espuma beige. En la boca es suave y cremosa, con notas a maltas tostadas, caramelo y chocolate negro, pero al beberla no he tenido la sensación de estar bebiendo una irish stout. Cerveza más que correcta y agradable de beber.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 7,5/10


STRAFFE HENDRIK QUADRUPEL 11º

Hubo un tiempo en que sentía cierta aversión por todo lo que pusiese Straffe Hendrik, bueno no exactamente, simplemente quedaron relegadas a un segundo plano en una época que descubrí verdaderas joyas belgas y dejé de beberlas… y pasaron los años hasta que este verano en Brujas en la propia cervecería De Halve Maan volví a creer en ellos.

Desde entonces he tenido la oportunidad de probar esta "Quadrupel" varias ocasiones en los últimos meses. Nota: lo de “Quad”, entre comillas, y me remito a lo que conté hace unas semanas en este blog (¿Abt o Quad?), esta sería más bien una Abt o una Dark belgian strong ale. En cualquier caso, he de reconocer que está muy buena. Rica, cálidamente alcohólica y compleja, con mucho cuerpo, donde las malta toman protagonismo. Notas tostadas, caramelo, uvas pasas y alguna especia. Lo reconozco, me gusta… y mucho.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,25/10


BEER GEEK BRUNCH WEASEL (Islay Edition)

De todas las series de cervezas que se elaboran bajo la marca Mikkeller aquellas que llevan el sobrenombre “Beer Geek Brunch” son las que más me llenan y complacen. Así que no es raro que pruebe alguna de sus variedades habitualmente. En esta ocasión, se trata de una variante envejecida en barriles de whisky Islay. Como buen amarte del licor escocés por excelencia, hace tiempo que había puesto mi punto de mira en esta cerveza.

Vierte en la copa un líquido negro, aceitoso y viscoso, con una capa fina de espuma, hasta aquí nada nuevo. El aroma me cautiva, huele a roble, turba, caramelo quemado y maltas tostadas… parece que estoy oliendo un whisky. En el sabor hay un buen equilibrio entre dulce y amargo, pero queda totalmente en un segundo plano ante unas intensas notas a whisky y turba. Inicialmente me complace, pero a medida que gana temperatura y los sorbos se suceden se va haciendo algo pesada y reconozco que puede llegar a casar, en mi caso un poquito. Nuevamente una gran cerveza, pero esta vez menos que otras de la serie Beer Geek Brunch.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,25/10


DRAGONWORT STOUT

Me gusta leer las etiquetas de las cervezas que tomo, siempre te encuentras información sobre lo que estas bebiendo y en alguna ocasión te encuentras información adicional muy interesante, como es el caso, donde se recoge la pequeña historia de esta cerveza, que nace de un desafío lanzado por Kjetil, uno de los fundadores de Nøgne Ø a Edvard, actual Production Manager de la cervecera. Cuando Kjeltil vio lo que Edvard trataba de hacer dijo “Eso no funcionará”.

Pues para no funcionar les ha salido una Imperial Stout impresionante, con las notas características: chocolate negro, café, regaliz y maltas tostadas una cerveza muy rica y potente (sus 14% de contenido alcohólico lo atestiguan). En el nivel que se podía esperar de Nøgne Ø, cerveza notable.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10


SCHLOSS EGGENBERG SAMICHLAUS

Una de mis tradiciones cerveceras es beberme una Samichlaus el día de San Nicolas. Este año, también he sido fiel a mi costumbre y ha caído esta Eggenberg Samichlaus. Versión de aquella de Hürlimann que en su día fue una de mis cervezas favoritas. Siguendo la tradición, esta cerveza es elaborada el 6 de diciembre y envejecida durante 10 meses antes de ser embotellada.

Esta cerveza es un auténtico licor, no olvidemos, que durante muchos años fué la lager más fuerte del mundo, recogido este hito en el libro Guinnes. Es de color ámbar oscuro sin apenas espuma y que además desaparece rápidamente. Aroma alcohólico y afrutado, donde predomina el caramelo, las uvas pasas y un ligero resquicio de vainilla. Excelente sabor, muy dulce, a caramelo, donde sus 14% de contenido alcohólico se dejan notar. A parte ciruelas, uvas pasas, toffe y especias. Aunque no sea exactamente igual al original sigue haciendo mis delicias.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10


STILLE NACHT

De Dolle Brouwers significa algo así como “los cerveceros locos”, aunque yo me empeño en decir que de locos no tienen ni un pelo, solo esa apariencia desenfadada. Para buena muestra es esta grandísima Stille Nacht, que se elabora para Navidad, una de la cerveza abanderadas de las nuevas artesanas belgas y que es un ejemplo, no de locura, sino de sabiduría un buen hacer.

Estamos ante una Belgian Strong Ale de color naranja oscuro nebuloso y una duradera espuma blanca. Muy compleja con matices a caramelo, uvas pasas, frutos secos, notas ácidas y buen equilibrio entre notas dulces y amargas. Tiene mucho cuerpo y tiene un carácter fuerte, pero resulta increíblemente aterciopelada en la boca. Es magnífica, otra de las que calificaría como ineludible para un buen aficionado a la cerveza.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 9/10