lunes, 26 de junio de 2017

BALADIN OPEN GOLD

Teo Musso es una de esas personas, dentro del panorama cervecero, al que podríamos aplicar el apelativo de “gurú cervecero” sin temor a desviarnos de la realidad. Genio y figura, carismático, polifacético, comunicador, gran elaborador de cervezas, inventor de la famosa copa Teku y al mando de todo un pequeño imperio detrás de su marca Baladin, que incluye no solo cervezas, sino también destilados, sidra, distribución propia, bares, restaurantes, alojamientos…

Fuente: http://www.baladin.it

Todo comenzó en un pequeño pub llamado “Le Baladin” en Piozzo (Cuneo) con una gran variedad de referencias, casi todas extranjeras. Más tarde se convertiría en Brewpub y ya a finales de los 90 comenzó a producir sus primeras elaboraciones en botella (Super e Isaac). Y poco a poco el negocio fue creciendo.

Yo oí hablar de él por primera hace unos diez años. Recuerdo que levantaba en mi un sentimiento entre curiosidad e incredulidad. Ponía música a sus levaduras durante el proceso de fermentación, lo cual a priori podía parecer algo disparatado... pero ¿acaso las levaduras no son seres vivos? ¿no hay personas que ponen música a las plantas y dicen que crecen mejor? ¿no producen más leche aquellas vacas que escuchan música de Mozart durante todo el día? ¿quién soy yo para cuestionarlo?

… y han pasado los años y ahí lo tenemos, vanguardista y creativo, elaborador de grandes cervezas, las cuales, siempre merecen una atención especial.

Me quedo con la frase de Ted Thomas: “Es posible que Jesús convirtiera el agua en vino, pero Teo Musso ha dado un paso más allá, convirtiendo la cerveza en vino”.


PROYECTO OPEN

Y llegamos al motivo de este post, “Open Balandin”. Hace unos años en un paso más por la difusión de su cerveza creo y convirtió su Open Gold en la primera cerveza italiana de “código abierto”. Es decir, publicó y transmitió la receta con las instrucciones exactas para que todo aquel homebrewer que lo desease pudiese reproducirla en casa con un sencillo equipo de homebrewing. 

El concepto consistía en desafiar a todos aquellos elaboradores caseros a que hicieran un clon de su cerveza. Fue el inicio de una interacción e intercambio de ideas con hombrewers de todo el mundo y ahora la gama “open” cuenta con cuatro cervezas dentro del portfolio habitual de la marca.


OPEN GOLD

Pues sí, tengo ante mí una botella de Baladin Open Gold, busco apoyo en la Web de Baladin (http://www.baladin.it) para completar mi narración.

Es una interpretación de una American Pale Ale, pero estando Teo Musso por medio sé que no va a ser una APA sin más. Con 7,5% de contenido alcohólico y 43 IBUs, agua, malta, lúpulo y levadura nada aventura ninguna peculiaridad y excentricidad en la elaboración.

Al derramarla, por supueso, en una copa Teku, genera una densa y cremosa espuma blanca, tan compacta que parece ser un elemento independiente de la cerveza que se encuentra flotando y tapona la parte superior de la copa. El color se encuentra entre dorado y anaranjado y se puede ver alguna partícula buceando entre el líquido.

En el aroma notas cítricas, un poquito de caramelo y lúpulos americanos. Casi podría adivinar los tipos de lúpulo utilizados, pero no quiero tentar a la suerte…

El sabor no deja lugar a dudas matices cítricos, pomelo por delante y un fondo dulce maltoso de base. Todo delicadamente integrado, muy sencilla, pero con mucho encanto.

En boca se presenta con un buen cuerpo, teniendo en cuenta el estilo, nada engorroso. El alcohol bien integrado, aunque reconozco que llega un momento que parece querer salir… falsa alarma. El final es amargo y ligeramente seco.


CONCLUSIONES

Siempre intento extraer una moraleja de esta sección de conclusiones y en este caso no es otra que: No hace falta una cerveza extraordinariamente compleja para volverme loco

Esta cerveza está exquisitamente elaborada, sorprende por su sencillez y fácil beber, no te hará soltar un “oooh” de asombro pero a cada trago te irá ganando.

Una pregunta muy efectiva para indicar si una cerveza me ha gustado realmente es: “si te la encuentras en un stand de una tienda ¿la volverías a comprar?” de hecho hay muchas cervezas que valoro muy positivamente, pero a las que respondería un “No” rotundo. No es el caso, si la vuelvo a encontrar la volvería a comprar. 

Quizás no es de sus mejores cervezas, pero es muy muy disfrutable y para mí eso es suficiente en una cerveza. Creo que podría beberla habitualmente sin llegar a cansarme de ella.


Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8/10



Ficha Técnica:
Fabricante:
 Le Baladin.
Elaborada en:
 Piozzo (Italia).
Estilo:
 American Pale Ale.
Color:
 Dorado-Anaranjado.
Alcohol:
 7,5% Alc.
IBUs:
 43
Temperatura:
 10º C.
Servir en:
 Copa Teku.





lunes, 19 de junio de 2017

UNA VENTANA AL PASADO

Giró la llave en la oxidada puerta de fundición y al abrirla emitió ese “chirrio” agudo y molesto propio de las mejores películas de terror.

- Suena como la puerta de un cementerio ¿estás seguro que has comprado esto?

Ante nosotros una vieja casa indiana de finales del siglo XIX, un jardín totalmente descuidado, en el que se adivinaba entre la maleza alguna escultura mutilada. La fachada de la casa estaba llena de desconchones y alguna contraventana a punto de caer. El tejado medio hundido. De nuevo miré a mi compañero y le dije.

- Se parece a la casa de "El orfanato" – bromee - ¿será seguro entrar ahí?

- La estructura está en perfecto estado y el interior está mejor de lo que piensas… ya verás.

Palacio de Partarríu (Llanes). Casa donde se grabó "El Orfanato".
Por un momento dudaba de si mi decisión de entrar en aquella casa en ruinas era la correcta, pero esperaba conseguir mi recompensa. “El sótano está lleno de botellas” – me había dicho para convencerme de que le ayudara en la tarea de limpieza y selección de todo aquello que contenía.

La casa llevaba abandonada desde finales de los años 90 y sus últimos inquilinos habían dejado bastantes de sus pertenencias, así que la casa podía estar repleta de tesoros, sobre todo en ese sótano.

Sorprendentemente el interior estaba en bastante buen estado, era como si se hubiese detenido el tiempo, los muebles y enseres, aunque cubiertos de polvo estaban dispuestos como si todavía estuviese habitada.

Fijé mi vista en el mueble del recibidor:

- Por ese mueble conseguirás entre 1.000-1.200 € vi el otro día uno igual en el programa de Drew Pritchard (*) 

(*) Maestros de la restauración (Salvage Hunters), donde Drew Pritchard experto en antigüedades y objetos exclusivos recorre Inglaterra en busca de verdaderos tesoros que vender en su tienda de antigüedades.

- ¿En serio? ¿Vale tanto?

- No, es broma…no vale nada, para tirar. Empecemos por el sótano, quiero ver esas botellas de las que me has hablado.

En verdad, el sótano era digno de ver, los antiguos inquilinos lo habían convertido en un verdadero bar. Hasta habían montado una pequeña barra. Lo más interesante se encontraba en una de las paredes donde un botellero esculpido en la pared contenía un buen número de botellas. Empezamos a sacar una a una.

Creo que no ha habido suerte… vino cosechero y barato de hace más de 20 años… dudo que ni siquiera se pueda beber.

Esperaba encontrar alguna botella de cerveza, algún tesoro que incorporar a mí “Baúl de las Cervezas” con varias décadas encima. Aquel lugar hubiera sido un lugar perfecto para su conservación, pero como suele decirse “mi gozo en un pozo”, ni siquiera una sola botella a la que le pudiese extraer una etiqueta para ampliar mi colección.

Seguimos recorriendo habitación tras habitación seleccionando aquellos muebles y enseres que todavía podían estar en buen uso y aquellos que no lo estaban los fuimos sacando al jardín.

En realidad, ya había perdido la esperanza de encontrar nada de interés en aquella casa. Entramos en una de las habitaciones del último piso, una habitación que en tiempos debió pertenecer a algún joven, así lo atestiguaba dos posters pegados en la pared…

... Pero rápidamente mis ojos se dirigieron a una pequeña repisa sobre el cabecero de la cama, allí una decena de botellas de cerveza permanecían impasibles como restos de una pequeña colección.

Delirium tremens, Fruta prohibida, Piraat, Dominus, Franziskaner … Era como regresar al pasado. Algunas de aquellas botellas llevaba años sin verlas. La selección incluía una botella de una Young’s Oatmeal Stout y otra de La Trappe Tripel cuyas etiquetas hasta ese momento no tenía en mi colección.

¿Qué se podía encontrar en una casa abandonada en los años 90? Pues la cerveza que se bebía entonces en este país… aquellas “cervezas de importación” que nos llegaban desde Bélgica, Alemania, etc y que para muchos, entre los que me incluyo, fue el germen de nuestra afición cervecera.

Pero lo más sorprendente, tres botellas sin abrir, cuyo liquido elixir todavía estaba en su interior: una Grimbergen Optimo Bruno. Fecha Caducidad: 12/96, una Grimberben Dubbel. Fecha Caducidad: 09/96 y una Judas. Fecha Caducidad: 06/97. Auténticos tesoros para mi colección.




Analizando la estancia donde se encontraban, han tenido que sufrir importantes cambios de temperatura, la disposición de estas las ha tenido que exponer a la luz directa del sol que entra por la ventana… problemas añadidos al paso del tiempo.

Un día duro seleccionando y moviendo muebles y otros enseres. Al final de la jornada abrimos una de las botellas de vino del sótano… evidentemente estaba malísimo y se fue por el fregadero de inmediato.

La cuestión es ¿Qué hago con las botellas de cerveza?: ¿Las abro y las bebo? ¿extraigo las etiquetas para mi colección y tiro el contenido? ¿Las guardo llenas, como tesoro en mi baúl de las cervezas?



lunes, 5 de junio de 2017

STRUISE EARTHNUN

De Struise Brouwers son uno de esos elaboradores que más han asomado la cabeza por este blog. No es extraño, un excelente portfolio de cervezas, maestría en el arte de envejecer en barrica y una inquietud a la hora de experimentar sin límites.

Esta última cualidad da pie a que al margen de su gama habitual de cervezas, regularmente aparezcan multitud de cervezas de tirada corta que son resultado de su capacidad de experimentación muchas veces reinventando sus cervezas más conocidas y otras partiendo de cero.

Hace unos meses, desconozco si fue con motivo de su 15 aniversario aparecieron en el mercado una serie especial de cervezas basadas en varias de sus elaboraciones más aclamadas. Entre ellas, una despertó especialmente mi interés. Llamada Earthnun su nombre y su etiqueta me recordaba a aquella Struise Aardmonnik que describí en aquel post titulado “Siete cervezas olvidadas”.

Así pues, tras conseguir esta rareza y probarla detenidamente, detallo a continuación mis impresiones:


INFORMACIÓN PREVIA

Esta cerveza es una mezcla de Pannepot Reserva (70%) y Earthmonk/Aardmonnik (30%) envejecida en Barricas que antes habían contenido vino Château Margaux. Su contenido alcohólico es del 8%.

Este Blend no es nuevo, de hecho, se había realizado previamente para asistir a varios festivales en el año 2007 y el blend correspondiente a esta botella data de 2009 según la etiqueta.

En cuanto a en qué estilo incluirla, lo más lógico, como bien hacen diversas webs de rating es calificarla como una cerveza Sour, puesto que esa proporción de Earthmonk utilizada le da ese matiz agrio típico de las cervezas Oud Bruin belgas.


CATA

Es de color marrón oscuro, tiene una capa de espuma beige inicialmente de un dedo de grosor, que se reduce rápidamente a un anillo pegado a las paredes de la copa.

El aroma promete, por un lado dominan las notas maltosas, el caramelo y frutos secos. Por otro notas agrias y de fondo un matiz bastante claro a madera.

El sabor es ligeramente ácido y mantiene un frágil equilibrio con unas notas dulces igualmente débiles. Los matices afrutados se materializan en unas notas a cerezas. También se hace presente el caramelo y de fondo nuevamente la madera de forma omnipresente. Da la sensación de que matices ácidos y dulces “luchan” con cierta desgana sin terminar de prevalecer ninguno y menos de combinar armoniosamente.

En boca es una cerveza con buen cuerpo, sedosa, pero se nota cierta astringencia como la de un vino tinto. El regusto es largo y extraño, donde la madera es el matiz predominante.


CONCLUSIONES

Cuando pruebo este tipo de cervezas la decepción no es un sentimiento válido. Al fin y al cabo, se está probando una cerveza especial en todos los aspectos y para un amante a la cerveza y en particular a la cerveza envejecida esta elaboración es el summun.

Pero dicho lo anterior hay que echar mano de un tópico, la unión de dos cervezas excepcionales no tiene por qué ser una cerveza excepcional y en este caso, según mi criterio no lo es.

Se ve que ha habido un trabajo en el mezclado hasta conseguir una complejidad y cierto equilibrio en la receta, pero siendo objetivo la combinación de ambas no funciona, la mezcla de sabores no encuentra un sentido claro, la cerveza apunta a muchos lugares sin terminar de definirse.

Es una cerveza muy valorada allá donde busquéis información, pero sinceramente yo no la valoraría más que como una cerveza notable, quizás estoy siendo demasiado generoso.

Eso sí, en cuanto a la complejidad, es sin duda una de las cervezas más complejas que he probado, quizás por su origen en dos cervezas tan distintas y tan complejas como son Pannepot y Aardmonnik. En la cata solo he recogido aquellos matices más obvios, pero incluso estos mismo podrían desgranarse mucho más.

La realidad es que estas dos cervezas funcionan de manera excelente por separado y el blend de estas no deja de ser anecdótico, en cualquier caso, había que probarla.


Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8/10


Ficha Técnica:
Fabricante:
 De Struise Brouwers.
Elaborada en:
 Oostvleteren (Bélgica)
Estilo:
 Sour Ale.
Color:
 Marrón oscuro.
Alcohol:
 8% Alc.
IBUs:
 N/A
Temperatura:
 10º C.
Servir en:
 Copa Snifter / Tulipa / Vino.




viernes, 2 de junio de 2017

FERIA DE LA CERVEZA ARTESANA EN EL SUPERMERCADO

No hay nada como que una gran superficie como Lidl ponga en marcha una campaña, le pegue la etiqueta de “Cerveza artesana”, coloque en sus stands miles de botellas de cerveza a precios muy competitivos y haga varios vídeos de promoción, en mi opinión simpáticos y llenos de humor, para que los aficionados a esta bebida saltemos por los aires y nos pongamos a generar ríos y ríos de polémica y controversia en las redes sociales... simplemente somos así.

Creo que a lo largo de este blog he dejado mi postura clara ante este tipo de eventos. Forjé mi afición cervecera en las campañas de este tipo que realizaba asiduamente una gran superficie hace unos años, gracias a la cual probé por primera vez muchas cervezas de otros países que por entonces eran inaccesibles, así que una vez más, voy a revindicar este tipo de eventos.

Como punto de partida unas ideas muy generales sobre esta campaña:

- Lidl como otras grandes superficies se encuentran orientadas al gran consumo, la mayoría de sus clientes no son avezados aficionados a la cerveza.

- Es evidente que “lo artesano” está de moda y  se quieren aprovechar del éxito y el crecimiento de la cerveza artesana para vender y atraer a personas a sus establecimientos.

- No calificaría a las cervezas incluidas en esta campaña como “artesanales” pero este término vende. Son en su mayoría marcas clásicas que llevan muchos años en el sector cervecero británico y belga y que cuentan con productos que pueden calificarse como clásicos.

- Alguien ha visto en el spot publicitario un ataque a la cultura cervecera craft ridiculizando a los que intentan escudriñar matices y sabores en la cerveza. Personalmente pienso que es una cuestión de intencionalidad, mientras que en aquel famoso anuncio de Budweisser si había un ataque claro en este caso no lo detecto.



Pero, esto es ¿bueno malo regular…?

- Para la gran superficie es bueno, solo hay que ver la de personas que normalmente no compran en esta superficie y han comprado cervezas de esta campaña. No sé si habéis aparecido días después por el supermercado, pero la sección estaba arrasada. 

- Para los consumidores no aficionados a la cerveza, les permite un primer contacto con con algo que piensan que es “artesanal” que, aunque no lo sea, son cervezas lo suficientemente distintas a lo que beben normalmente que pueda ser una ventana abierta a adentrarse más en el mundo de la cerveza.

- Para los que ya somos aficionado a esta bebida, nos permite el acceso a cervezas que normalmente no vemos por estos lares. Algunas verdaderos clásicos en sus mercados de origen y además a un precio muy competitivo.

- Para el mundillo de la cerveza “artesanal” como ya dije antes puede ser una puerta de entrada hacia sus productos una vez que mucha gente descubre que hay más mundo más allá de las típicas cañitas y la lata de cerveza de marca de gran consumo.

Mi modesta compra en el Lidl.

Estoy completamente convencido de que comprar en una gran superficie puede ser totalmente compatible con una actitud de consumidor comprometida con el comercio local tradicional y especializado. Por suerte para estos últimos siempre quedará un lugar donde los primeros no pueden llegar (trato personalizado, calidad, profesionalidad y conocimiento del producto) y esas deben ser sus bazas.

Así pues, no entiendo la polémica, muchas personas metidas en el mundillo de la cerveza "artesanal" creo que han visto esto desde una perspectiva muy limitada. Ven en esto una amenaza, cuando deberían ver una oportunidad entregada en bandeja para dar mayor difusión a sus productos.

En cualquier caso, como ya he comentado, no veo más que un aprovechamiento de un término como el artesano y no una intención real de competir en este mercado.