Sin
duda estamos ante la estrella de las cervezas. Su curriculum es impresionante
desde que en el año 2005 la web “American ratebeer”, la declarara como la mejor
cerveza del mundo. Desde entonces ocupa lo más alto de cualquier ranking
cervecero que se precie.
Hay
que empezar diciendo, que esta cerveza no se comercializa y solo puede adquirirse
en la propia abadía (mediante previa reserva teléfonica) pudiéndose adquirir un
máximo de 1 caja de 24 botellas por vehículo y en algunos bares y negocios de
los alrededores (normalmente limitan a 1 ó 2 botellas las que puede adquirir de
una vez). Si no has reservado la mejor opción es adquirirla en "De
Vrede", el bar de su propiedad frente a la abadía donde puedes adquirir
hasta 6 botellas por persona, aunque creo que desde mi última visita esto puede haber cambiado ya que en la propia web del bar pueden verse packs de 12 unidades.
Todo
lo anterior, teniendo en cuenta la corta producción y que esta variedad no se
produce durante todo el año, y solo se vende durante unas pocas semanas. Por eso, si se quiere adquirir, es más que conveniente visitar la web de la abadía y
enterarnos previamente de que cerveza se está produciendo en el momento de la
visita.
Cuando
adquieres esta cerveza, haces la promesa de que no vas venderla y que es únicamente para autoconsumo. A pesar de ello, en Bruselas puedes encontrar botellas en
algunas tiendas de cervezas a un jugoso precio que en ocasiones supera en 30 o
más veces el precio original.
La
botella no tiene etiqueta y toda la información “legal” se encuentra en
su chapa de color amarillo. Que nos indica que estamos ante una cerveza de “alta”
graduación alcohólica 10,6º, aunque esto último puede variar de un año a otro.
La
botella está acondicionada, como se suele decir, lo cual nos indica que
fermenta en botella y que lo seguirá haciendo. Esto es muy interesante por dos
motivos: porque podremos almacenarla durante más tiempo (siempre en condiciones
óptimas) y que además su sabor puede seguir evolucionando a lo largo de los
años hasta que la consumamos.
Se
trata de una cerveza Trapista puesto que está fabricada en una de las abadías que
producen bajo el paraguas de esta marca de calidad. Es una Ale fuerte y oscura
de las llamadas “De abadía”.
Cuando
la abrimos y la acercamos a la nariz se nos presenta un olor potente a malta
tostada y madera, aunque hay quien aprecia otros olores como queso azul y quién
sabe que más.Tiene un color marrón oscuro con algún destello cobrizo.
Ya
en la boca, pronto descubrimos que se trata de una cerveza muy sólida y
carnosa, casi se puede comer. Es una cerveza muy cremosa con sabores a pasas,
caramelo o chocolate, como a toffee (supongo
que varía dependiendo del tiempo de fermentación) y malta. El final es largo y algo
alcohólico, donde muchos identifican un sorprendente acabado a Oporto.
Lo
que sí me parece claro es que hay un equilibrio tan perfecto entre notas dulces
y amargas que cuando la tomas no sorprende al paladar. De hecho la primera
reacción es algo como ¿me estoy tomando la mejor cerveza del mundo?
Al
final supongo que es un cúmulo de todo, las expectativas al abrir una de esta
botellas son altas, es casi un ritual y al paladearla por primera vez, no
despierta el entusiasmo esperado. Después de sucesivas catas, ves en su
equilibrio una virtud difícilmente encontrada en otras cervezas. Es
perfecta para tomar plácidamente, sin prisas, saboreándola lentamente mientras
miras por la ventana la lluvia caer.
Pero aún pasando por alto el aspecto subjetivo de la pregunta ¿es realmente la
mejor cerveza del mundo? pues realmente, no lo creo, aunque su calidad es indiscutible y sin duda una de
mis cervezas favoritas.
La dificultad para adquirirla y todo lo que rodea al lugar donde
se fabrica no han hecho sino acrecentar el mito que rodea a esta cerveza.
Durante
el año 2011 se produjo mayor cantidad de esta cerveza para recaudar fondos para
la construcción de una nueva área dentro de la Abadía, puesto que parte del
edificio estaba en pésimas condiciones.
Incluso se llegaron a comercializar 93.000 estuches, bajo la denominación de "Westvleteren XII" que contenían 6 botellas serigrafiadas y 2 copas y que según recogen varios medios de comunicación belgas, ¡¡¡se agotaron en 2 días!!!
Incluso se llegaron a comercializar 93.000 estuches, bajo la denominación de "Westvleteren XII" que contenían 6 botellas serigrafiadas y 2 copas y que según recogen varios medios de comunicación belgas, ¡¡¡se agotaron en 2 días!!!
Para
aquellos que no puedan adquirir este verdadero tesoro, decir que lo más cercano
a esta cerveza que he encontrado es la "St. Bernardus Abt. 12", no en vano, fueron
los propios monjes de la abadía de Sint Sixtus quienes en 1946 preguntaron a
Evariste Deconinck, propietario de una pequeña fábrica de quesos en Watou, si
quería hacerse cargo de parte de la actividad cervecera del monasterio y así
comercializar sus cervezas, con lo cual se supone que es la misma receta aunque
existen sensibles diferencias entre ambas.
Valoración del Baúl de las Cervezas: 9,5/10
La diferencia entre la St Bernardus y la WV12 es la levadura y el agua, el resto de la cerveza es igual. La levadura de la St Bernardus es propia, mientras que la de WV es de Westmalle (o algo así). La verdad es que es una cerveza increíble, pero ni por mucho es la mejor del mundo.
ResponderEliminarSuerte con el blog!!
Muchas Gracias!!!
EliminarEstoy de acuerdo en tus apreciaciones, aunque supongo que St,Bernardus y Westwleteren si compartían materias primas en sus inicios de colaboración. Por otra parte, no soy muy amigo de las etiquetas, estamos hablando de gustos, algo muy subjetivo y por lo tanto cambiantes.
En cuanto al blog, lo escribo sin ninguna pretensión más que aprender y plasmar casi 20 años de viajes en busca de lugares donde se producía y vendía cerveza. Creo que lo seguiré escribiendo aunque nadie lo lea...solo para mí ;)
Saludos!!!