martes, 28 de octubre de 2014

Y COMO HEMOS CAMBIADO

No hace mucho tiempo que quedé con un viejo amigo para ir a ver que tenían en una tienda especializada en cervezas. Mi amigo gran aficionado a la cerveza, pero que llevaba un tiempo alejado “del mundillo”. Ya en la tienda, entablé una conversación con el encargado de ella. De vuelta, mi amigo me comentaba “¿pero de que hablabais? No os entendía nada y yo que me las daba de experto”.

Fue en ese momento, cuando mentalmente eché la mirada atrás y pude descubrir toda esta evolución que nos ha llevado hasta este punto. Ha sido tan gradual, que casi ni me había percatado. Aunque lo cierto es que todo se ha ido precipitando en los últimos años.


Muy distintas eran las cosas cuando mi amigo y yo comenzamos esta afición. España era un país donde era difícil conseguir una cerveza que no fueran las marcas de gran consumo nacional e internacional, y fuera de estas un puñado de cervezas de importación hacían nuestras delicias.

Habíamos oído hablar de las microcervecerías americanas, donde de manera local y casi individual un grupo bastante numeroso de productores experimentaba y producía cervezas únicas, pero Estados Unidos quedaba muy lejos y aquí era imposible conseguir ni una de aquellos elixires.

Michael Jackson (1977). Fuente: goodbeerseal.com

Michael Jackson (no confundir con el cantante) era el gurú y yo leía con atención los pocos artículos que se podían conseguir por aquel entonces, y algún libro en inglés, nada más.

Así que la mente de un seguidor medio de cerveza era bastante cuadriculada, o por lo menos la mía lo era (quizá lo sigue siendo): las cervezas belgas, rubias fuertes y de abadía, las alemanas más suaves y las puedes beber en grandes cantidades, las cristalinas cervezas checas y a las inglesas dales de comer a parte ¿Cómo voy a beber una cerveza caliente? … si si parece ingenuo, de hecho lo era, pero un adolescente aislado en la España de entonces podía aspirar a poco más.

En los siguientes años los pocos avances en mi afición provenían de viajes puntuales al extranjero, del empeño de unas pocas cervecerías que se preocupaban de traer alguna cerveza novedosa para nuestros paladares y de cierto centro centro comercial que cada cierto tiempo traía productos de otros países, incluido cerveza. Y es que Cataluña, que era el lugar donde el movimiento cervecero estaba más arraigado nos quedaba muy lejos.


Y llegó internet y pudimos, por lo menos de nombre, conocer más profundamente el mundo de las cervezas y empezar a planificar viajes para descubrirlas en persona. Y así lo hicimos.

Creo que a mediados de los 90 fue la primera vez que se me ofreció un kit para elaborar cerveza casera, seguramente de esa época datan los primeros pasos de muchas de las microcervecerias españolas de la actualidad.

Poco a poco fueron llegando nuevas cervezas y abrieron cervecerías ya enfocadas íntegramente a la cerveza que contaban en un principio con poco más de 20 cervezas distintas, vamos el paraíso… no os digo nada cuando algunas empezaron a sobrepasar las 50 o más.



Pasan los años y se va gestando el gran cambio, ya no necesitábamos desplazarnos para conseguir cervezas de otros países y una vez que has probado todas las cervezas “típicas” quieres dar un paso más, probar cervezas especiales distintas, más fuertes y resulta que el mercado da un giro en ese sentido.

Primero la guerra de a ver quién consigue la cerveza con mayor graduación alcohólica, tuve la suerte de parar un día en una pequeña microcervecería alemana, su especialidad hacer cervezas realmente fuertes. Poco tiempo después se verían inmersos en una guerra junto a Brewdog que ya han abandonado y que les llevó a cervezas que más tenían que ver con los licores de alta graduación que con una cerveza propiamente dicha.

Fuente: taringa.net

Después los IBUS y la obsesión por conseguir meter cantidades desorbitadas de lúpulo allí donde no cogía. Al principio mi preocupación era conocer cuantos IBUs tenían las cervezas que bebía normalmente y es que en la etiqueta no ponía nada.

Así pues, aprendimos el concepto de IBU y muchos otros más, de hecho hoy en día un seguidor de cerveza (no productor, ni profesional) tiene unos conocimientos técnicos sobre elaboración, ingredientes, cata y variedades y estilos que hace poco tiempo eran impensables.

La globalización también ha sido determinante en el mundo de la cerveza. Mientras las grandes han ido engullendo todo lo que se movía, las nuevas microcervecerías con conocimientos y canales más globales se han sumergido en una vorágine de experimentación nunca  vista antes, y lo que es mejor han encontrado la forma de hacer llegar sus cervezas más allá de las fronteras de su país. Muchas colaboran entre ellas para dar lugar a nuevas recetas exclusivas y muy buscadas por los que somos aficionados.

Como en otros ámbitos ahora resulta que hay modas y primero están de moda las IPA, anteriormente conocidas como India Pale Ale, y dentro de unos días quién sabe qué. En cualquier parte del mundo se produce cualquier tipo de cerveza y nuestra mente cuadriculada que decía que este tipo de cerveza era de este lugar se esfuerza por adaptarse a tanto cambio.


A mi todo estos cambios me pillaron “en fuera de fuego” entretenido en ir descubriendo las grandes cervezas clásicas internacionales y cuando vuelvo la mirada a España todo había cambiado. De repente, me encontré un mapa plagado de cientos de pequeños fabricantes.

En la actualidad, hay muchas tiendas y bares especializados, ya no hace falta viajar, vagamos de feria en feria a la caza de la última cerveza artesanal y en general el mundo de la cerveza se ha convertido en una empresa inabarcable y si encima eres coleccionista, no hay que obviar que un alto porcentaje de nosotros lo somos en algún grado, entonces ya es la perdición.


No sé, quizás ahora todo va muy rápido, o me estoy haciendo viejo, pero éramos más felices degustando aquellas 4 cervezas que nos venían de tierras lejanas y que nos había costado conseguir sangre, sudor y lágrimas. En nuestra ignorancia, sin preocuparnos de buscar matices que nuestro burdo paladar nunca entenderá… solo disfrutando y conversando en aquella terraza mientras simplemente saboreábamos una cerveza.



Fuente: verema.com

8 comentarios:

  1. La verdad es que me siento identificado en gran parte de las cosas. Nuestros orígenes son similares, salvo que en los 90 yo ni pensé en hacer birra (igual que ahora, 20 años después, sigo sin ganas de limpiar y cocinar tanto). Y sí que es verdad que ha cambiado todo más en estos 5 años que en los 15 anteriores. Pero mientras cambie a mejor, no me quejo. Eso sí, que no me vendan la moto. No todo lo nuevo es mejor. Eso sólo lo creen los que se perdieron la fase de los clásicos y sólo conocen la nueva hornada.

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    1. A decir verdad, mi tentación de hacer birra duró unos meses justo antes de que pudiera hacerme con un kit, así que os librasteis de mis brebajes, jaja.

      A ver el tema, en mi opinión es que una cerveza clásica, es clásica después de años, en los que la gente la prueba y le gusta... los clásicos están suficientemente testeados, en su estilo son grandes cervezas.

      En la actualidad y que nadie me malinterprete, se ha producido una pequeña revolución, y en esta hay cervezas buenas, malas y mediocres... supongo que el tiempo pondrá a cada uno en su sitio, pero me decepciona mucho cuando algunos productores te presentan su cerveza con vitola de "artesana", como si eso fuera distintivo de calidad y luego al probarla te das cuenta que estas ante la cerveza de un principiante, con errores básicos y que únicamente se ha dedicado a copiar la receta que ha sacado de cualquier sitio... por desgracia es más habitual de lo que pensamos.

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  2. Muy buena reflexión. Yo, como novel recién llegado al mundo de la cerveza, ni me pude imaginar un día buscando "cosas raras" en estanterías con centenares de variedades. Para mí una cerveza era una lager y punto.
    Como dice El Barón, el cambio ha sido a mejor, aunque totalmente de acuerdo en que no es oro todo lo que reluce.

    Saludos

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    1. Jaja lo cierto que los seguidores de la birra actuales somos un poco inconformistas y siempre andamos buscando "cosas raras"... se suele decir que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero no es cierto. Estamos en un momento maravilloso para nosotros, podemos acceder casi a cualquier cerveza del mercado y nuestro único problema, como comenté en la respuesta a El Barón, es saber diferenciar entre las birras de calidad y las que no lo son dentro de los nuevos fabricantes... entre los clásicos es más sencillo ;) . Saludos.

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  3. Magnifico post lleno de nostalgia, grandes recuerdos! un saludo!!!

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    1. Gracias!!! es cierto, escribiéndolo me he dado cuenta de lo que esperábamos para probar una nueva cerveza y lo que lo disfrutábamos... ahora hay muchas cervezas que probar y todas al alcance de la mano y las bebemos demasiado rápido. Saludos

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  4. Una entrada con la que me identifico totalmente. Me parece que has explicado pérfectamente la evolución que muchos de nosotros hemos seguido hasta estas fechas...

    Un saludo! Te sigo leyendo...

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