El mes de Julio está resultando un mes interesante y de gran
actividad cervecera, aunque este blog, se ha visto resentido en sus
publicaciones debido a los viajes y las contadas ocasiones en las que me he
podido sentar delante de un ordenador.
Unos viajes en los que hemos podido visitar a un buen número
de fabricantes y de los que hemos vuelto cargados de cervezas. Trataremos de ir
desgranando todo ello en los próximos post, pero ahora toca sentarse a escribir
y recordar que fue del ya lejano mes de Junio y hacer un resumen, comentando
algunas de las cervezas que pudimos probar, algunas de ellas entre mis
favoritas.
DOUGALL'S RAQUERA
Que un elaborador artesanal se exponga a elaborar una Pilsen
siempre me ha resultado cuanto menos “peligroso” y sin duda un acto de valentía. Me parece un estilo complejo
y cuyo espacio comercial se encuentra bien cubierto por un puñado de buenísimas
cervezas de gran consumo ¿por que elaborar una pilsen? aún así, la gente de Dougall's lo ha hecho... así que habrá que probarla.
Color amarillo claro, algo nebuloso con una buena capa de
espuma. Aroma a levadura, notas florales/herbales y sutilmente lupulado. El
sabor con notas herbales y caramelo en mi opinión se queda algo corto. Cuerpo
medio, carbonatación suave y regusto corto, casi inexistente.
Como conclusión podemos decir que es una cerveza que cumple,
sin más, es muy bebible sobre todo en días calurosos, pero existen mejores
opciones en el mercado y supermercado.
Nota de El Baúl de las Cervezas: 6/10
GRIMBERGEN ZOMMER WIT
En alguna ocasión he comentado que desde que la producción
que nos llega a España se fabrica en Francia, las Grimbergen prácticamente han
desaparecido de mi casa. Así que cuando encuentro alguna elaborada en Bélgica
no dudo en comprarla.
Esta Zomer Wit, como no podía ser de otra forma, es una
refrescante witbier, dorada, ligeramente turbia y espuma blanca y espesa. En el
aroma predominan las notas cítricas, acompañado de malta y especias. El sabor
está bastante bien, quizás algo dulce. Acompañan las notas herbales y ácidas
típicas del trigo y especias. En boca el alcohol no es evidente, cuidado con
esto ya que es una cerveza muy bebible. Para terminar el regusto es algo
amargo.
En general sensación general, que me hace recuperar la
fe en esta marca, de la que esperemos que se vean más habitualmente cervezas
como está, sencilla pero recomendable.
Nota de El Baúl de las Cervezas: 6,5/10
PõHJALA - RUKKIRÄÄK
La curiosidad inicial por beber una cerveza de Estonia fue la motivación,
aunque después al consultar mi base de datos me he dado cuenta que, aunque hace
ya muchos años, tengo una larga lista de cervezas de este país. En cualquier
caso, últimamente había visto bastantes cervezas de este productor por las
redes sociales y me picaba la curiosidad.
Se trata de una cerveza de centeno, y la verdad es que está presente
en todo momento. Color ámbar oscuro, cremosa espuma beige. El aroma es maltoso,
algo acaramelado y afrutado. En el sabor dulce con notas cítricas. Alguna
especia y alguna nota tostada al fondo. Buen equilibrio y más complejo de lo
que me parecía inicialmente. Regusto largo dulce-amargo y seco.
Es de estas cervezas que te quedas satisfecho, buena elaboración
que quizás merecería ser probada de nuevo… no sé si tendré ocasión.
Nota de El Baúl de las Cervezas: 7,5/10
3 FONTEINEN – OUDE GEUZE
Armand Debelder mezclador de Lambics fue popular por su
bar/restaurante, Drie Fonteinen, aunque en la actualidad sea reconocido como
cervecero. A sus espaldas creaciones como esta “Oude guueze”.
Es una gueuze de color naranja, algo nebulosa y una buena
espuma blanca. Posee un elegante y sutil aroma a hierba, cuero y cítricos. Pero
cuando tomas el primer sorbo todo cambia, el sabor es potente, donde predominan
los cítricos, como el limón y alguna nota amarga. La sensación en boca es
cosquilleante y el final es ácido y seco. En definitiva, pienso que es una
mezcla magistral.
Me encanta beber Lambics en verano, así que no es extraño
que por estas fechas pueda beber alguna de mis gueuze favoritas y esta 3
Fonteinen, se encuentra entre ellas… aparte de ser uno de esos clásicos belgas
ineludible si te gustan este tipo de cervezas.
Nota de El Baúl de las Cervezas: 9/10
TILQUIN QUETSCHE
El mes pasado probábamos la Tilquin Gueuze y este la llamada
Tilquin Quetsche, una verdadera maravilla, de la que me hubiera gustado
escribir una entrada y que no lo he hecho falta de tiempo. Para empezar hay que
aclarar que “quetsche” es una variedad de ciruela pequeña que madura a mediados
de agosto en algunas zonas como Alsacia, de donde son las empleadas en la
elaboración de esta cerveza.
Color naranja intenso, nebuloso. Espuma blanca que se disipa
más o menos rápido. En el aroma, junto al típico a lambic (agrio con notas a
hierba y queso) se distinguen perfectamente la ciruela. El sabor es afrutado a
ciruelas, las notas ácidas y afrutadas conviven en perfecta armonía y
equilibrio. De cuerpo medio y con una sensación en boca seca y amarga que se
acentúa en el regusto.
El resultado es una cerveza elegante, equilibrada y muy
armoniosa, toda una delicatesen y por supuesto una delicia beberla.
Nota de El Baúl de las Cervezas: 9/10
CHIMAY GRANDE RESERVE 2014
La Chimay “azul” es, sin duda, una de mis cervezas favoritas
y posiblemente una de las que más me gusta dejar que pasen los años por ella
antes de beberla. Quizás por ello, siempre siento cierta curiosidad al probar
la versión envejecida en barricas de madera. Por cierto, una versión en la que
últimamente Chimay está poniendo mucho esmero, solo hay que fijarse en su
“Grande Reserve 2015 – Vieillie en fûts de bois”.
Color marrón rojizo oscuro, con un dedo de espuma beige
esponjosa y menos cremosa de lo esperado. Mantiene el aroma maravilloso e
inconfundible de Chimay, afrutado, uvas pasas, ciruelas, caramelo, vainilla y
una pizca de alcohol. El sabor es más suave si la comparamos con la “azul” sin
envejecer. De nuevo predominan las notas a fruta madura y uvas pasas, caramelo,
notas a levadura (pan), especias y madera... Sabor delicioso y redondo. Gran
cuerpo, en boca el alcohol está perfectamente escondido y deja ese regusto tan
típico de las Chimay.
¿merece la pena? La respuesta es sí y no, lo cierto es que
se obtiene resultados muy similares guardando adecuadamente una Chimay azul
“normal” uno o dos años, si bien es cierto que los matices a madera dan un
plus que nunca conseguiremos envejeciéndola en casa.
Nota de El Baúl de las Cervezas: 9,25/10
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