miércoles, 30 de noviembre de 2016

PILGRIM TRIPLE

Bien es conocida mi devoción por los productos de abadía/convento/monasterio ya sean dulces, quesos, licores y por supuesto, cerveza. Siempre me ha atraído la idea de unos monjes elaborando sus productos de manera artesanal, desde la tradición, con todo el mimo y tiempo del mundo.

Por eso no es de extrañar que cuando me encontré con dos cervezas triples de abadía elaboradas en el monasterio de Fischingen, bajo la marca Pilgrim, no me lo pensara dos veces, a pesar de su elevado precio (unos 8-9 €/botella de 37,5 cl.).


PROYECTO PILGRIM

La realidad es menos idílica, Brauerei Kloser Fischingen, es una nueva cervecería creada en el año 2015 en los antiguos edificios de la granja del monasterio. Ya de paso hay que decir que la abadía fue fundada en 1138 con la idea dar refugio y hospitalidad a los peregrinos que se dirigían a la Abadía de Einsiedeln por el camino de Constanza. Pero que en la actualidad se ha convertido en un lujoso hotel especializado en seminarios. A pesar de ello, todavía residen varios monjes benedictinos en el edificio principal.

Abadía de Fischingen. Fuente: http://www.klosterfischingen.ch/
Centrándonos en el tema de las cervezas, al frente de este proyecto se encuentra Martin Wartmann experimentado cervecero con más de 40 años de experiencia y con alguna receta de éxito comercial. Andreas Schöllhorn (de la familia que dirigio handelgut antes de que fuese comprada por Heineken) y el empresario Fredy Lienhard completan los socios de este proyecto. El resto del equipo lo completan cerveceros experimentados y personal temporal de apoyo.

Martin Wartmann. Fuente: http://www.pilgrim.ch/
La idea era reinterpretar viejas recetas y elaborarlas de nuevo en pequeños lotes artesanalmente. Agua de calidad del manantial de Fischingen y resto de materias primas muy cuidadas para dar un producto de calidad. De hecho la presentación de las dos cervezas que he probado es intachable y muy cuidada.

Dividen sus cervezas en cuatro áreas:

Una gama básica, de orientación hacia los estilos germanos.
Craft beer collection, elaboraciones más orientadas al mercado actual. IPAs, etc.
Cervezas “Triple” de abadía, de todos los colores (Blanca, rubia, tostada y negra).
Grand cru, barley wines e Imperial Stouts exclusivas.


PILGRIM TRIPLE AMBRÉE

Estaría dentro del grupo de cervezas de abadía. Es una Triple de 10% de contenido alcohólico, elaborada con cuatro maltas de cebada, levadura belga, azúcar moreno, lúpulo y cilantro. En botella acondicionada. A priori suena bien, ahora vamos a ver como es.

Es de apariencia “apagada” color ámbar oscuro algo turbia, no muy carbonatada y con una espuma beige más bien escasa y sin lazada. Aroma maltoso y afrutado, con algo de alcohol… muy belga. En el sabor predomina el dulce maltoso y el caramelo. También hay algún matiz tipo uvas pasas y el cilantro es fácilmente detectable. En boca la noto algo floja, no llena. Es algo amarga y el alcohol pasa bastante desapercibido, teniendo en cuenta su alta graduación. 

Está buena pero no apasiona, quizás algo más dulzona de lo que debería, pero en general da la sensación de que le falta algo de "punch".

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 7/10


PILGRIM TRIPLE BLONDE

Al igual que la anterior también sería una cerveza con clara orientación monacal. Es una triple también con 10% de contenido alcohólico. Elaborada con malta de cebada y trigo, azúcar moreno, lúpulo y especias. Igualmente, en botella acondicionada.

Al probarla, ya se nota cierto cambio en la orientación conceptual de la cerveza, aunque recuerda a una triple convencional, hay ciertos matices digamos más germánicos.

Es de color anaranjado oscuro, ligeramente turbia, con una buena espuma blanca que tiene buena permanencia. El aroma es fresco afrutado con notas cítricas (a naranja), a levadura y especias. El sabor aporta nuevos matices, a parte de los detectados en el aroma, y aparecen notas herbales. En boca se aprecia buen cuerpo y una carbonatación animosa. Tiene un final algo seco, muy largo afrutado, especiado y con un toque ácido muy sutil.

Lo cierto es que está bastante conseguida y estoy pensando que incluso la he valorado por debajo de lo que debería, pero prefiero ser cauteloso la primera vez que bebo una cerveza, ya que seguro que repetiré.

Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8/10




jueves, 24 de noviembre de 2016

LATAS PARA EL ENVEJECIMIENTO DE CERVEZA

Quizás la pregunta más interesante que me hicieron durante la reciente cata de cervezas belgas envejecidas fue sí las latas de cerveza eran buenos recipientes para envejecer cerveza.

Dada la proliferación de este formato de envase en cervezas artesanales, en las industriales siempre lo fue, creo que resolver esta duda tiene su transcendencia para alguien que se planea la opción dejar en guarda sus cervezas y es que además no me lo había planteado previamente.

fuente: beerstreetjournal.com
De entrada, hay que decir que es un formato poco atractivo de cara a ediciones exclusivas, cervezas “limited edition”, “barrel aged”, etc.  Nuestra mente relaciona inmediatamente la lata con cervezas baratas y de gran consumo. A pesar de ello, existe alguna cerveza envejecida que ha elegido este envase como es la “Kentucky Bourbon Barrel Ale”.

He intentado buscar información al respecto en la red, la verdad, sin mucho éxito. Así que no queda otra que tirar de conocimientos y un poco de sentido común. También hago un llamamiento a todo aquel que lea este post y pueda aportar información al respecto.

El mejor punto de partida que se me ocurre es el de repasar que efecto puede tener la lata sobre los tres grandes enemigos de la cerveza (aire, luz y calor), sin perder de vista que nuestro objetivo es el envejecimiento de estas:


EL AIRE

A priori parece que el cierre de las latas es hermético, lo cual evitaría que el aire se introdujera en la lata y reduciría todos esos malos sabores derivados de la oxidación y que pueden ser frecuentes a la hora de envejecer cervezas.

 ¿pero esto es así? Me viene a la mente el tema de los refrescos carbonatados, si abrimos uno pasado de fecha se encuentra sin carbonatación y ha perdido todas sus propiedades organolépticas, ¿se debe al oxigeno que había en el interior o a que en realidad no es tan hermético como parece?

Esta es otra cuestión que hace a las botellas un formato ideal para el envejecimiento, el  cuello de botella estrecho limita el área de cerveza expuesta al aire. Evidentemente en la lata esta área sería superior.


LA LUZ

Evidentemente una lata impide por completo la exposición de la cerveza a la luz. Aunque he de decir que esto sobre todo es más favorable para cervezas que utilizan lúpulos ricos en ácidos alfa (la mayoría de cervezas lupuladas americanas), ya que el contacto de la luz con estos produce el llamado olor a mofeta.

Las cervezas que utilizan lúpulos ricos en ácidos alfa nunca han sido buenas candidatas al envejecimiento ya que con el tiempo dan lugar a sabores rancios. En cualquier caso, siempre es conveniente alejar de la luz nuestras cervezas para que envejezcan convenientemente y en este caso es evidente que la lata presenta más ventajas, sin desmerecer a las clásicas botellas coloreadas, sobre todo las de color marrón, proporcionan una buena protección frente a la luz directa.


EL CALOR

Echemos mano del libro de “Física y química” del instituto. El calor se transmite por conducción, convección y radiación. De aquí me quedo con los dos primeros, pero sobre todo con el de conducción.

En una situación de exposición al calor ¿Qué material transmitiría mejor el calor a la cerveza que se encuentra en el interior? Los metales son excelentes conductores, mientras que el vidrio no lo es tanto, de hecho está considerado como mal conductor del calor.

En este aspecto gana la botella pero ¿es realmente relevante? En realidad pienso que no y que frente a una temperatura inapropiada ninguno de los dos envases evitarían el deterioro de la cerveza.


OTROS FACTORES

Ese momento en el que descubres que esa lata que tenías en la bodega está oxidada. La bodega tiene las condiciones óptimas para que las cervezas envejezcan bien: temperatura entre 10ºC-14ºC durante todo el año, poca exposición a la luz y un nivel medio-alto de humedad, esto último viene muy bien para que los corchos que cierran muchas de las botellas se mantengan en buenas condiciones… pero estos parámetros parecen no sentar bien a las latas que al cabo de poco tiempo se oxidan.

Las latas oxidadas terminan por tener pequeños orificios, lo que permite el ingreso no solo de aire sino también de bacterias. A parte de que el óxido no es un material seguro ni para la cerveza ni para ningún alimento.

Lo anterior podemos unirlo a la posibilidad de que las lastas reciban golpes y se desprenda el esmalte interior que es el que aísla el contenido del metal, con el consabido peligro de que los sabores metálicos y el óxido entre en contacto con la cerveza.

En relación al revestimiento interno me surge la pregunta si este se deteriora en procesos de envejecimiento largos y puede llegar a mezclarse con la cerveza.

Otro aspecto a considerar, este a favor de la lata, es la facilidad de almacenamiento. Quizás pueda parecer una ventaja menor, pero cuando empiezas a acumular cervezas para envejecer es fácil que llegues a tener problemas de espacio, las botellas ocupan lo suyo y no son apilables.


Tras este post todavía me quedo con la sensación de que no he despejado del todo mi duda ¿es buena/es mejor la lata para envejecer? En realidad veo un hándicap importante en el posible deterioro de la lata a largo plazo frente a la botella, esto implicaría cierto riesgo adicional en envejecimientos prolongados. ¿vosotros que pensáis?


lunes, 21 de noviembre de 2016

CATA DE CERVEZAS BELGAS ENVEJECIDAS

De nuevo, Miguel y Abel del “Señor Lúpulo. Despacho de Cervezas” me ofrecieron la oportunidad de dirigir una cata en su establecimiento, esta vez con una selección de cervezas cuyo hilo conductor era el envejecimiento, como comprenderéis no pode negarme.

He de reconocer que dirigir una cata de cervezas envejecidas genera cierta incertidumbre, desconocer cómo han sido envejecidas o si en algún momento han podido sufrir algún traspiés en su envejecimiento.

Entre los asistente caras conocidas y grandes aficionados al mundo de la cerveza, que ya había conocido de la cata celebrada en marzo. Además, destacar la presencia de Olivier Lecerf cervecero artesano que en poco tiempo sacará sus cervezas al mercado bajo en nombre de “Berrea”.


La selección de cervezas envejecidas, espectacular y una ocasión única para saborear brebajes muy difíciles de conseguir y que paso a detallar:


WESTVLETEREN BLOND (2008)

Es el típico ejemplo de cerveza que no se me ocurriría envejecer por nada del mundo, en principio ningún argumento que la hiciera candidata a llevar más allá de uno o dos años de guarda. Y sin embargo estábamos ante una cerveza que había pasado 8 años en la botella!!! Expectación máxima.

Lo primero que se podía apreciar era la ausencia de esa espuma cremosa que tiene esta cerveza fresca. Ausencia de carbonatación y una apariencia menos nebulosa de lo esperado. El aroma sutil, con leves notas afrutadas, para nada desagradable. Al probarla la sensación en boca era totalmente acuosa sin nada de cuerpo, en el sabor predominaba la miel por encima de cualquier otro matiz. Sorprendentemente agradable de beber, aunque poco o nada que ver con la cerveza original. Aun confirmando que no es una cerveza para envejecer, he de reconocer que el resultado fue mejor de lo esperado.


TILQUIN GUEUZE (2011)

La segunda del día fue una Tilquin gueuze 2011, cerveza excelente ya de por sí y teniendo en cuenta lo bien que envejecen las gueuze sabía que iba a estar muy buena. Solo hacía unos meses que había probado la Tilquin gueuze de 2015 y tenía bastante reciente mis impresiones.

Los buenos presagios que hice de esta cerveza se confirmaron desde el primer momento. Visualmente la única diferencia respecto a la misma cerveza sin envejecer era una espuma menos prominente. El aroma, si cabe, más redondeado, afrutado pero mejor equilibrio entre las notas afrutadas, herbales y a madera. El sabor me sorprendió gratamente, los matices ácidos a manzana muy pulidos y perfectamente entremezclados con notas herbales. Era más evidente el amargor, debido sin duda a que el tiempo había suavizado el resto de matices. Muy complejo y de equilibrio perfecto.

Esta es una de las razones por las cuales muchos dejamos envejecer cervezas durante años. Claro ejemplo de cerveza que ha mejorado con el paso del tiempo.


ORVAL (2013)

Otra de las clásicas cervezas que se dejan envejecer. Una cerveza que gracias a los bretts en botella sigue evolucionando dando lugar a una cerveza con perfil muy distinto al original. Aunque aclaré que por mi propia experiencia nunca la dejaría envejecer más de 3 años, ya que los resultados no suelen ser tan buenos. Así que se podía decir que estábamos en el punto óptimo.

Su apariencia excelente, al abrirla se notó que mantenía un buen nivel de carbonatación y generó una buena capa de espuma al derramarla en la copa. Su color dorado, pero algo más oscuro que el original. El aroma algo apagado con alguna nota “a corral” y alguna nota afrutada perdida, pero sin mucha gracia. Se confirmó a la hora de llevarla a la boca, estábamos ante una cerveza totalmente distinta, tenía alguna nota afrutada y floral... era agradable pero demasiado apagada en mi opinión. Mantenía una buena sensación en boca y un regusto muy seco.

Personalmente nunca me había encontrado una Orval con este perfil, que aunque era perfectamente bebible y no había generado ningún sabor fuerte desagradable, no levantó demasiadas pasiones entre los asistentes, ni en mí. Aunque hubo quién la prefirió a su versión sin envejecer.


QANTELLAR OAK AGED

Fue la nota negativa de la cata, una cerveza que había probado y comentado en este blog en el mes de octubre, con buenas impresiones, a pesar de ser poco equilibrada, pero como dije entonces “nada que el tiempo no pudiera pulir”.

Me empezó a generar dudas cuando se abrió y esa gran espuma con buena permanencia se desvaneció casi al instante. Tanto en el aroma como en el sabor se habían disparado las notas ácidas hasta niveles poco agradables. Comparando entre las copas que tenían distintos asistentes el perfil de la cerveza era totalmente distinto. Sin mucha más dilación alguno de los asistentes concluyó “infected!!!” y no dudamos en pasar a la siguiente.

Analizando un poco el estado de la cera que recubría la chapa resquebrajado también me aventuro a pensar que la cerveza hipercarbonatada terminó por abrirse al exterior y el aire termino por desbaratar alguna/s botellas. Una verdadera lástima.


PANNEPOT (2007)

Empezaba uno de los platos fuertes de la cata, ya de por sí considerada una de las mejores cervezas belgas y con bastantes entusiastas entre los asistentes a la cata. Hace unas semanas había probado la elaborada este año, así que me encontraba en disposición de analizar convenientemente las diferencias.

Al derramarla en la copa nada nuevo, oscura con algún destello rojizo, poca carbonatación y espuma. El aroma ya presagiaba que aquella cerveza se había convertido en un verdadero oporto. Cuando la probamos confirmamos los mejores presagios: afrutada, con ciruelas y uvas pasas, alguna nota a chocolate al fondo y unas notas a vainilla, como a roble, que me hicieron jurar y perjurar que aquella cerveza había estado envejecida en barrica. En boca era avinada, suave con un toque licoroso.

Excelente!!! Colmó la satisfacción de la mayoría de asistentes y casi al instante se encumbró como la mejor cerveza de la cata. Era la mismísima versión de un buen vino de Oporto. Confirmamos que es una inmejorable opción para envejecer.


WESTVLETEREN 8 (2008)

Sin duda el plato fuerte de la jornada. Pocas oportunidades tendremos de beber una Westvleteren 8 y encima con 8 años de guarda. Como comentaba, ya solo por poder beber esta cerveza merecía la pena asistir a esta cata, independientemente del resultado de los años de envejecimiento.

Sin más espuma que un anillo pegado a las paredes de la copa y un color amarronado parecía una cerveza sin mucha gracia. Pero al acercarla a la nariz ya pude disfrutar de magnificas notas a fruta madura. En el sabor también predominaba una mezcla de fruta madura y uvas pasas. En el fondo algo de amargor y alguna nota ácida, un perfil muy agradable en mi opinión, pero no muy complejo. En boca el perfil era menos avinado que en el caso de la Pannepot.

Los resultados me parecieron muy interesantes ya que es una cerveza que yo nunca había conseguido envejecer más allá de los 5 años y que calificaba casi de “indestructible”. Parece como si hubiera evolucionado más en estos 3 años dando lugar a unos buenos resultados, como ya presagiábamos inicialmente. Pero no sabría decir si preferiría esta, a una sin envejecer y dificilmente a algunas de las experiencias de envejecimiento de Westvleteren 8 que he tenido con 3-5 años, realmente magnificas.



BONUS TRACK

Para concluir la cata, la gente de “El Señor Lúpulo” nos sorprendieron con una Rodenbach Vintage 2011. Como siempre un valor seguro, una cerveza muy disfrutable, que puso un colofón a la altura del evento.


CONCLUSIONES

A pesar de algún punto oscuro, pasamos una buena sesión donde las cervezas fueron las protagonistas. Cervezas envejecidas, un hándicap para muchos que se acercan a este mundo por primera vez, pero que algunos disfrutamos plenamente. 

A grandes rasgos, las triunfadoras fueron la Tilquin y Pannepot, buen resultado para esa Westvleteren 8 y una Orval que me dejó indiferente. Evidentemente confirmamos que la Westvletren blond no es una cerveza para envejecer y el fiasco de la Qantelaar Oak Aged.

Por cierto, el queso con el que maridamos la sesión estaba buenísimo.

Un privilegio haber participado en esta excepcional cata y solo me queda agradecer a Miguel y Abel de “Señor Lúpulo. Despacho de Cervezas” que organicen eventos como este y que me hayan invitado. Gracias!!!


viernes, 18 de noviembre de 2016

MIS CERVEZAS DE OCTUBRE 2016


Buen mes el de Octubre cerveceramente hablando, cantidad y calidad. Con la llegada de un tiempo meteorológico más acorde con la estación otoñal, comenzamos la temporada de “petróleos” cuyos representantes en esta recopilación son espectaculares. Las cervezas belgas fuertes también llegaron, con alguna sorpresa. Y para terminar de redondear la lista alguna representante del verano que todavía quedaba por el frigorífico.


COBB CALLED THE KETTLE SOUR

Esta cerveza de Bier Factory Rapperswil es una cerveza sour, ligerita y sin más pretensión que la de ser una cerveza refrescante. Pero que encierra algún secreto en su elaboración. Para elaborarla se ha empleado maíz y para la fermentación lactobacilos de yogur casero fresco que le da ese toque ácido delicado y cierto aire de originalidad.

El conjunto cumple con creces con la idea de elaborar una cerveza refrescante con un sabor singular. Visualmente la cerveza es de un color dorado, pero con cierta apariencia lechosa y una buena espuma blanca duradera. El aroma y sabor van de la mano, sin ser para nada complejos son agradables una mezcla agridulce que le da cierta gracia al resultado final. Solo espero que mantengan esta elaboración de cara al próximo verano porque me ha encantado.

Nota de El Baúl de las Cervezas: 7/10


BALADIN ISAAC

En realidad, cuando la compré estaba pensando en darle una nueva oportunidad a esta cerveza, que en cierto modo me había defraudado la primera vez que la probé. Baladin siempre levanta muchas expectativas, ya que Teo Musso pasa por ser uno de los cerveceros más creativos de la escena italiana, europea y puede que mundial.

Esta Isaac es una cerveza de trigo, en principio con marcado carácter belga. Es de color anaranjado y bonita espuma blanca cremosa. La levadura marca el aroma que es delicadamente cítrico y especiado. Lo que podría quedarse en el típico toque ácido se completa con notas afrutadas muy diversas.  En boca es ligera y refrescante y deja un regusto amargo en el paladar. Es fácil de beber, aunque como toda cerveza de Teo Musso merece la pena tomarla despacio para fijarse en los pequeños detalles.

Nota de El Baúl de las Cervezas: 7,5/10


DE DOLLE LICHTERVELDS

Miro el "repertorio" de este elaborador belga y desde que soy aficionado a las cervezas que elabora Kris pocas se han escapado de mis manos. Tres si exceptuamos aquellas que elaboró en los 80 y que ya son imposibles de conseguir. Entre estas tres se encontraba esta Lichtervelds, que De Dolle elabora cada dos años con motivo del festival folclórico de Lichterveldsestraat y que siempre me había sido esquiva.

Es la típica ale rubia potente digamos que al estilo Duvel, por buscar una referencia conocida por todos. Como todas las De Dolle en el límite de carbonatación que produce una gran espuma blanca con buena permanencia y que deja la típica lazada en las paredes de la copa. En el aroma notas afrutadas, lupuladas y alcohólicas. Sabía lo que me iba a encontrar en el sabor, el típico del estilo, por un lado, el dulce de la malta y por otro los ésteres de levadura en armonía. Se detectan los matices cítricos y a miel. En boca la carbonatación cosquillea nuestra lengua sin cesar, aunque es más suave de lo que cabría pensar. Tiene buen cuerpo y deja un buen regusto seco y afrutado.

Cerveza compleja y equilibrada, marca de la casa, pero que en ningún caso tendría un lugar en su portfolio habitual siendo bastante similar a su Dulle Teve y de un perfil inferior a esta. En cualquier caso, está muy buena.

Nota de El Baúl de las Cervezas: 8/10


BLUE MONK SPECIAL RESERVE (VINTAGE 2013)

Ya sabemos que De Struise Brouwers son unos maestros en el arte de envejecer cervezas en barrica, así que cualquiera de sus creaciones que pasan por este proceso son dignas de ser probadas. Este año estamos de enhorabuena ya que están apareciendo bastantes creaciones correspondientes al año 2013.

En este caso hablamos de una Abt./Quad. De 10% de contenido alcohólico envejecida en barricas de vino francés Chateau Margaux. Marrón oscura, con una espuma beige que se reduce a una fina capa que permanece hasta el final. El aroma es dulce, caramelo y vinoso con uvas pasas y algo de madera al fondo. El sabor está bastante bien equilibrado, es dulce, caramelo y algo de chocolate y uvas pasas. La madera se nota y un toque vinoso en forma de acidez. En boca presenta un buen cuerpo y una sensación “aceitosa”, el alcohol es apenas perceptible. Muy buena.

Nota de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10


OMNIPOLLO NOA PECAN MUD

Creo que es la primera vez que Omnipollo aparece por este blog. Estos suecos representan a la perfección la esencia del elaborador “Gypsy”, que diseña sus recetas en casa para luego desarrollarlas y elaborarlas en distintas cerveceras del mundo. Han recibido varios galardones y en mi opinión tienen la virtud de sorprender con cada una de sus elaboraciones.

Esta Noa Pecan Mud es una auténtica golosina, un postre hecho cerveza. De color casi negro y apenas espuma, un pequeño anillo de color beige. En el aroma chocolate a la taza en grandes cantidades. En el sabor se distinguen más matices chocolate, caramelo, toffe… las nueces pecan le dan un toque que hace que el resultado no se haga pesado. Es como beber un pastel de chocolate, muy dulce pero no empalaga. La textura es algo pegajosa, por poner una pega, pero es una cerveza muy disfrutable… por cierto, de sus 11% de contenido alcohólico, ni rastro.

Nota de El Baúl de las Cervezas: 8,5/10


BELL’S EXPEDITION STOUT

En mi empeño de revisar de nuevo aquellas Imperial Stout que algún día probé y que me dejaron con buen sabor de boca he tenido la suerte de encontrar esta Expedition Stout, que sin duda se encontraría entre una de mis favoritas.

Esta cerveza tiene muy buena prensa, y en mi opinión con razón. Fue de las primeras Russian Imperial Stouts que tuvieron éxito en USA y por derivada siempre la veías en cualquier lista de las mejores del estilo.

Color negro y opaco. El aroma es impresionante, sí se detecta el alcohol, pero junto a este encontramos maltas tostadas, chocolate negro y regaliz. El sabor es muy complejo y todo bien integrado. De entrada destacan las maltas tostadas, para luego empezar a destacar otros matices predominando el chocolate, algo de caramelo y notas amargas que equilibran el sabor. Tiene mucho cuerpo, de hecho su textura es aceitosa, pero tiene un paladar cremoso y exquisito. El alcohol se nota pero está bien integrado dentro del conjunto. Creo que sigue siendo una de mis Imperial Stout favoritas.


Nota de El Baúl de las Cervezas: 9,25/10

lunes, 7 de noviembre de 2016

#ISD16Spain - INTERNATIONAL STOUT DAY

Cuarto año que celebro el “International Stout Day”, ya empieza a ser una cita que espero ansiosamente desde que comienza el otoño, en el que se ha afianzado como un evento imprescindible e ineludible.

Como viene siendo habitual aquí en España este evento es dirigido por José Benedicto desde su blog "Rubias, Morenas, Negras,... hablo de cerveza" quién nuevamente nos alienta a que escribamos unas palabras bajo la etiqueta #IS16SPAIN y compartamos nuestra celebración y hagamos una reflexión pública sobre este estilo.


Qué queréis que os diga que no sepáis, la familia de las “Stouts” (así de manera genérica, incluyendo porters, stouts, russian,…) pasan por ser de los estilos más apreciados por los aficionados a la cerveza, aunque lo cierto es que yo nunca había prestado especial interés, mis intereses cerveceros iban por otros derroteros.

Varios hitos hicieron cambiar mi perspectiva, un buen día probé una "London Porter" y su sutileza me embaucó. Pero quizás no fue hasta que, en un viaje a Bélgica, sí habéis leído bien, probé dos cervezas "Cuvée Delphine" y "Ellezelloise Hercule" (las dos ya han sido protagonistas de este día en pasadas ediciones) las que hicieron tambalear todas mis creencias sobre estos estilos.

Finalmente, como paso lógico llegaron las grandes Imperial Stouts americanas, que por aquel entonces eran bastante difíciles de conseguir, pero obligatorias para un aficionado a estos brebajes… ¿qué aficionado en algún momento no ha escrito en el buscador de internet, “las mejores cervezas del mundo”? y ante él han aparecido ineludiblemente “The Abyss”, “Expedition Stout”, “Speedway Stout” o “KBS”.

Durante estos años el mundillo de las Stouts ha ido creciendo como la espuma, nuevos elaboradores y muy buenas elaboraciones, en España también… por supuesto. Nuevas cervezas de estos estilos ocupan lo más alto de las webs de rating por poner una referencia. Así que, este otoño me apetecía hacer una revisión a los viejos clásicos.

Dentro de ese proceso de revisión incluyo la celebración de este “Stout Day 2016” donde la elegida no ha sido otra que la afamada AleSmith Speedway Stout, aunque últimamente también han pasado otros clásicos como la Bell’s Expedition Stout, otra maravilla hecha cerveza.


ALESMITH Y SPEEDWAY STOUT

Alesmith Brewing fue una de esas micros que aparecieron en USA a mediados de los 90 dentro de ese gran movimiento de las micros craft. En San Diego, un verdadero paraíso para los cerveceros, surgió este elaborador, aunque por aquel entonces el afamado Peter Zien no formaba parte del proyecto. De hecho, hasta el año 2002, no se incorporó. A partir de ese momento, su fama y reputación creció sobre todo por esos envejecimientos en barril que tanto nos gustan. Tras un montón de galardones y un crecimiento sin zozobra, el año pasado culminaron su proyecto de expansión “Alesmith 2.0” que esperemos no decaiga.

Pero centrémonos en esta Speedway Stout, ¿he dicho que es una de mis Stouts favoritas? Lo es, quizás dos o tres podría poner a su nivel y entre ellas su versión envejecida en barricas de bourbon.

Como siempre en Alesmith una presentación muy cuidada y con bastante información en la botella, cosa que se agradece. En ella de manera detallada se indica una descripción muy sugerente del contenido, como debemos servirla (tipo de cristalería y temperatura adecuada) e incluso maridajes recomendados.

Centrándonos en la cerveza, es una Imperial Stout de 12% de contenido alcohólico. La vierto en la copa snifter (un verdadero copazo para la ocasión). Su color es negro… muy negro. Veo con satisfacción como sube esa espuma marrón cremosa, la aprecio durante unos momentos, no tengo prisa, a pesar de que la he sacado del frigorífico hace unos 5 minutos, todavía necesita tiempo para que con la temperatura todos sus matices afloren para embriagar mis sentidos.

Acerco la copa a la nariz, humm esto promete, todavía no he pegado ni un sorbo y empiezo a disfrutarla plenamente, lo primero que llega es un aroma acaramelado, chocolate, cacao y al fondo alguna nota que me recuerda al oporto.

No espero mucho más para dar el primer sorbo, la sensación global es deliciosamente acaramelada, sin estridencias todo muy sutil, no hay lugar al empalagamiento. Los matices predominantes son los del chocolate y toffee acompañados por unas notas a café, que según indica la botella se lo debemos a “Ryan Bross Coffee” y que empiezan a poner el contrapunto para girar la elaboración a algo más serio y no a una simple golosina. Las notas uvas pasas y frutos secos colaboran también a ello. A estas alturas os habréis dado cuenta de su complejidad.

En boca es aterciopelada, con buen cuerpo… es una cerveza redonda. A medida que se va calentando se acentúa su perfil a bourbon/oporto, pero un momento, ¿Dónde están sus 12% de contenido alcohólico? Se bebe tan fácil… la pinta se me hace corta.

El veredicto no admite discusión, sigue siendo una de mis stouts favoritas, una maravilla… La perfección hecha cerveza. Por cierto, es una cerveza que mejora con los años de guarda, pero eso será para otra ocasión.



Hasta aquí mi participación en este #ISD16SPAIN y deseando que llegue el próximo… Oye José ¿no podríamos adelantar el de 2017 y celebrarlo la próxima semana?