Mis esfuerzos me había costado conseguir mi primera Alaskan Smoked Porter, como suelo decir,
eran otros tiempos y conseguir cualquier cerveza americana era una odisea.
Había leído en múltiples ocasiones sus virtudes como cerveza
para guardar y dejar envejecer, pero solo había podido conseguir una botella ¿iba
a esperar cinco años para probarla? evidentemente no, así que me la bebí al día
siguiente de recibirla.
Resultó ser una cerveza espectacular, repleta de delicioso
humo, mucho más sutil que en las Rauchbier alemanas que conocía, también tenía
matices a caramelo, uvas pasas y chocolate.
En los foros cerveceros que frecuentaba, donde siempre leía
con atención las secciones de envejecimiento seguían hablando de las
propiedades de esta cerveza, así que no tuve más remedio que comprar otra, esta
vez con la decidida intención de dejarla envejecer varios años… pero la carne
es débil y una vez en mi baúl recordé su agradable sabor y pasó inmediatamente
a mi frigorífico, en menos de una semana bebía mi segunda Alaskan Smoked
Porter.
La tercera ocasión fue hace poco más de un año, Andrés del
Lúpulo Feroz de Oviedo, conociendo mi afición al envejecimiento me tentó: “tengo dos botellas de Alaskan Smoked Porter
Vintage años 2008 y 2011 ¿te interesan?”.
Vamos ¿Cómo no me iban a interesar? Y así conseguí la cerveza que hoy ocupa
este blog.
Evidentemente, si no eres incapaz de envejecerla en casa, mejor
que me la den ya envejecida y con todas las garantías de que se ha hecho
correctamente.
ALASKAN BREWING CO
Antes de contar aquí como es esta Alaskan Smoked Porter
Vintage 2011, voy a dar unas pequeñas notas para completar de qué estamos
hablando.
Es una cerveza elaborada en Juneau (Alaska), comunidad
costera sin carreteras que la conecten con el resto de Estados Unidos, de hecho
para llegar a ella debe utilizarse el barco o el avión.
Pues en este lugar Geoff y Marcy Larson empezaron a elaborar
cerveza prestando especial atención a los ingredientes y recetas autóctonas. Esta
Alaskan Smoked Porter se elabora con malta que se tuesta sobre madera de aliso
durante tres días en una fábrica de pescado del mismo pueblo, esto le da un
peculiar sabor tostado.
CATA:
De color marrón oscuro, tan oscuro que casi podríamos decir
que es negra. Al derramarla deja una corona de espuma beige de aproximadamente
un dedo, que, aunque se reduce a una fina capa permanece ahí durante toda la
degustación.
El aroma es sutil, pero son perceptibles las maltas tostadas
y el humo, más atrás alguna nota a vainilla y jerez. Realmente es muy agradable,
aunque hubiera sido preferible una mayor intensidad y que los matices llegaran
más nítidos.
Su sabor cobra vida cuando la cerveza adquiere cierta
temperatura. El ahumado es muy suave y se entremezcla con un sabor a caramelo.
Las notas a uva pasas, como si de un jerez se tratase redondean un sabor muy
equilibrado y sutil, de esos para saborear muy lentamente. Buen cuerpo y un
regusto a madera seco no muy largo.
NOTAS FINALES Y CONCLUSIONES
La primera nota es una recomendación, si esta cerveza cae en
vuestras manos, prestar especial atención a la temperatura de consumo. Cuando
cato una cerveza lo hago a cierta temperatura para que todos sus matices se
desarrollen adecuadamente, pero en este caso necesitó más. De hecho
inicialmente me pareció ciertamente decepcionante hasta que a medida que fue
adquiriendo temperatura desplego todos sus argumentos. Aconsejaría una
temperatura no inferior a los 12º C para disfrutarla al 100%.
Con tan solo 6,5% de contenido alcohólico a priori podría
parecer que no es una excelente candidata a envejecer, pero voy directamente a
la cita de Patrick Dawson en su libro sobre envejecimiento de cervezas: “los fenoles derivados del ahumado actúan
como conservante en esta cerveza tal y como haría un nivel de alcohol más
elevado”. Lo cierto es que es una cerveza excepcional para envejecer.
Una cuestión recurrente en este tipo de elaboraciones es el
precio, son cervezas caras incluso frente a su homónima sin envejecer y te
planteas si compensa o no. Creo que la mejor opción es sin duda envejecerla uno
mismo, siempre y cuando se guarden las condiciones óptimas para ello. Yo espero
probarlo en breve.
Su característica más notable es la suavidad de su ahumado,
ya destacable en su versión sin envejecer, pero que en este caso llega al
summun. Beber una pinta de una rauchbier puede llegar a cansar si no eres muy acérrimo
al estilo, pero en este caso la pinta de 65 cl. ha sabido a muy poco.
El resto de matices han quedado más equilibrados que en su
misma versión sin envejecer. A su vez el caramelo se ha redondeado más y han
aparecido o se han acentuado nuevas notas a uvas pasas y a jerez.
En principio la teoría dice que ha podido perder algo de
cuerpo, pero en boca sigue llenando y no he apreciado muchas diferencias en
este sentido.
Lo cierto es que me ha encantado y ya estoy deseando probar
su versión Vintage 2008 que todavía reposa en el Baúl de las Cervezas… en
realidad, no creo que aguante mucho ahí.
Valoración de El Baúl
de las Cervezas: 9,25/10
Ficha Técnica:
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Fabricante:
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Alaskan Brewing CO.
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Elaborada en:
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Juneau (Alaska – USA).
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Estilo:
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Cerveza Ahumada.
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Color:
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Marrón oscuro.
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Alcohol:
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6,5% Alc.
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IBUs:
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N/A
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Temperatura:
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10º C.
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Servir en:
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Copa Snifter.
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Considero que el envejecimiento de una cerveza es fundamental para obtener un buen sabor. Cuando tenemos un aroma realmente bueno es gracias a un buen proceso de fermentación. De forma similar ocurre con el vino
ResponderEliminarExacto, pero aquí no hablo solo de fermentación, sino de llevar a la cerveza mucho más allá incluso de su fecha de caducidad. El tiempo dota a muchas cervezas de nuevos matices.
EliminarEvidentemente no vale cualquier cerveza, el tiempo hace por ejemplo que los matices "hoppy" se desvanezcan y por lo tanto una cerveza lupulada puede no ser una buena opción para envejecer ya que muchos tipos de lúpulo dejan sabores desagradables con el paso del tiempo.
Eso sí, lo que dices, a una barley wine o una quad belga el tiempo las convierte en maravillosos caldos, como ocurre con el vino.
Saludos compañero,