Hoy Arriaca presenta su nuevo envase en lata para sus
cervezas, el primer elaborador “artesanal” español que se atreve con este formato.
Lamentablemente no puedo asistir al evento, pero esta noticia me sirve de
excusa para escribir algo en la sección más abandonada de este blog, esa que
lleva por nombre “Lo esencial” y que trataba de recopilar información sobre
temas didácticos y básicos sobre el mundo de la cerveza. Así que, esta entrada,
será la primera de varias en la que trataré de analizar y dar mi opinión sobre
los distintos formatos en los que podemos encontrar la cerveza.
Siempre he oído que la cerveza, para que llegue a nuestro
gaznate en perfecto estado, tiene tres enemigos: el contacto con el aire, la luz directa y la temperatura.
Así que en un análisis formal habría que atender a estos tres factores. Pero personalmente,
añadiría otros dos: el sabor que puede
transmitir un envase a la cerveza y
el efecto psicológico sobre el consumidor del envase, ya que todo ello va a
determinar que nuestra experiencia cervecera sea agradable o no.
Hay que decir que últimamente la lata se está convirtiendo en un envase de moda en la cerveza, de hecho, en
alguna ocasión he leído como algunos compañeros blogueros se preguntaban cuál
sería el primer elaborador “artesano” español en sacar su cerveza en este
formato... pues bien, ya lo tenemos.
Si lo utilizan las grandes industriales nos podemos hacer
una idea de cuáles son sus requerimientos
y ventajas. Básicamente, necesita producciones
grandes dada la importante inversión
que requiere adquirir un equipo para enlatar, aunque un elaborador también
puede alquilar equipos cuya capacidad no esté al 100% o viceversa.
La lata tiene grandes ventajas
en el almacenamiento y distribución, pesan y ocupan menos espacio y son fácilmente apilables, lo cual para
vendedores y consumidor es también una ventaja, ya que nos cogerán mayor número
de ellas en el frigorífico.
Son la delicia de un
diseñador gráfico, ya que cuentan con mayor superficie de diseño y se puede
jugar con composiciones entre ellas.
Respecto a la cerveza en sí, pues en teoría se conserva mejor que una botella convencional,
puesto que la luz no penetra y daña la cerveza. Se trata de un recipiente
estanco con lo cual tampoco permite la entrada de aire. Para determinados
estilos muy sensibles tiene grandes ventajas.
Creo que las principales desventajas, se encuentran en la mente del consumidor. Lo ya
comentado relacionamos este formato con
las llamadas “cervezas industriales” y productos de baja calidad. Lo
utilizan las grandes corporaciones cerveceras y eliminar este efecto sobre
nuestra percepción lleva tiempo. Aunque muchos elaboradores de cerveza de
calidad se han puesto a ello desde hace tiempo, me viene a la mente el caso de
la Heady topper de Alchemist.
Además, está ¿el
sabor metálico? de la lata. Siempre sostuve que era capaz de reconocer por
su sabor una cerveza de lata de otra que estuviera en otro soporte, pero un día
un amigo que trabaja en una empresa que fabrica latas, me comentó que el
interior de las latas se forra para que no contamine el sabor y que el
contenido sabe a metal cuando lo bebes directamente de la lata y el olfato actúa completando el sabor de la
bebida con el olor externo esta... evidentemente lo comprobé y era cierto.
Con todas sus ventajas e inconvenientes creo firmemente que tendremos que irnos acostumbrando a ver grandes cervezas de calidad en este formato.
Estoy muy de acuerdo en todos los factores que has comentado e incluso para mi el factor psicológico es el más duro de salvar. He probado riquísimas Imperial stouts en lata al igual que IPAs o IIPAs. Todas ellas me han resultado magníficas.
ResponderEliminarNo hace mucho antes de venir a Lituania me encontré con una conversación (no sé dónde) en la que elaboradores estadounidenses decían que sus IPAs había que beberlas directamente de la lata ya que en cada trago al removerse la cerveza para llevarla a la boca salían a relucir todos los aromas por el agujero por donde se bebe y el sujeto podía beber la cerveza y a la vez olerla..., Puede ser...
No obstante me alegro por la noticia aunque sigo pensando que vamos demasiado deprisa. Quizás ese factor psicológico sea más alto del que creemos.
Un saludo
El otro día cuando comentabas en otro lugar lo de ir demasiado deprisa, no había comprendido todo lo que había detrás...quizás muchos consumidores no estamos preparados para cambios tan rápidos, sobre todo los que tenemos cierta edad y tenemos ciertas "creencias" bastante arraigadas en nuestra mente. A mi personalmente me cuesta autosugestionarme de que tengo una cerveza de gran calidad cuando tengo delante una lata de cerveza... aunque sea una heady topper.
EliminarLo de los aromas en lata, me recuerda a mi costumbre, cada vez que abro una botella, de oler el aroma que sale por ella nada más destaparla. Pero como indique en esta entrada, si el olor metálico de la lata altera nuestro gusto, creo que para probarla mejor lejos de esta.
Saludos Jose!!
Muy de acuerdo con lo que dices, principalmente en el cambio mental de asociar cerveza de lata con lowcost y cerveza cutre.
ResponderEliminarPero lo que más duele es, sobre todo, el tema etiquetas!!! :(
Saludos!
jaja si Rul eso duele... y mucho!!!
EliminarSaludos!!!