domingo, 22 de diciembre de 2019

MIS CERVEZAS NAVIDEÑAS 2019-2020

El cántico de los niños de San Ildefonso en el sorteo de la Lotería de Navidad, a la que nunca juego,  me recuerda que hoy es un día especial en mi tradición cervecera. Un año más bajo a mi bodega, abro el baúl de las cervezas y elijo cuidadosamente aquellas con las que brindaré durante estas fiestas... año tras año lo mismo, ya no recuerdo cual fue el año que comencé con esta costumbre.


Lista de cervezas:

- Laugar Kiskale Noel.
- Abbaye des Rocks Speciale Noel.
- Pilgrim Triple Blonde.
- Lindemans Gueuze Cuvée René.
- Silly Enghien Noël.
- Spencer Monk's Reserve.
- Chimay Bleue Grande Reserve 2015.
- Chimay Bleue 2019.
- Rodenbach Vintage 2012.
- Gulden Draak Calvados Barrel Aged.
- St. Bernardus Christmas Ale.



FELIZ NAVIDAD

jueves, 12 de diciembre de 2019

HACERSE GRANDE


"Érase una vez un pequeño cervecero artesano, como había oído de su buen hacer decidí visitarle. Un pequeño garaje donde se amontonaban ingredientes y un modesto equipo de elaboración me dio la bienvenida. El cervecero atendía amablemente a un cliente. Ayudó a meter en el coche la suculenta compra y se despidió de manera cordial y casi al instante estaba atendiéndome con la misma dedicación.

Enseguida adivinó que venía de muy lejos y aunque sabía que no pasaría a formar parte de sus clientes habituales y que posiblemente no volvería, aprovechó para enseñarme sus instalaciones y darme a probar algunas de sus cervezas. Yo respondí de la mejor forma que podía por aquel entonces, que era comprando sus cervezas, lo cual no supuso un gran esfuerzo ya que eran realmente buenas. Se despidió con un “Espero volver a verte pronto”.

No tardé en volver, de hecho, creo que durante los siguientes años me desvié de mi itinerario para acercarme hasta su garaje y comprar sus cervezas. El, siempre amable y muy interesado en mi opinión. Incluso en una ocasión que por motivos de tráfico descarté visitarle, espero mi llegada más allá de su jornada laboral.

Pasaron los años y nunca más tuve la oportunidad de volver. Después de tanto tiempo quise saber cómo le había ido. Me enteré que el negocio había crecido enormemente, dos cambios de lugar de fabricación y finalmente la apertura de una fábrica de dimensiones que aquel joven cervecero nunca hubiera imaginado. Me alegré enormemente ya que de verdad se lo merecía, por su dedicación y saber hacer.

Por fin hace unos meses aproveché un viaje para visitarle y ver en persona todas esas novedades que únicamente había podido ver a través de las redes, beber alguna de sus nuevas cervezas y llevarme una buena compra para casa.

Situado en un lugar privilegiado de la ciudad había acondicionado unas viejas naves industriales abandonadas. Las instalaciones contaban además con lugar de visitas y taproom.

El parking, quizás por la hora, mostraba una modesta entrada, modesta únicamente por el número, varios deportivos espectaculares entre ellos… vaya nivel de clientes me dije.

Me dirigí hacia la puerta de lo que interpreté era el taproom y entré. El local era enorme, al fondo una barra, a la izquierda una multitud de mesas y a la derecha una pequeña zona de ventas donde se amontonaban cajas y enlazaba directamente con la fábrica.

El bar estaba vacío a excepción de varias personas colocando cajas y un hombre ensimismado leyendo un periódico. Apresuradamente un joven se dirigió hacia mí.

- Perdone está cerrado, abrimos jueves, viernes y fin de semana.
- Ah que pena me apetecía beber una cerveza, en fin, en ese caso me gustaría comprar unas cervezas.
- Lo siento, únicamente vendemos cerveza en horas de apertura o los sábados por la mañana.
- Vengo de muy lejos ¿no podría hacer una excepción? Me compro unas cajas y no molesto más.
- De verdad que lo siento, no podemos hacer excepciones.
- De acuerdo, lo entiendo. Hasta otra.

El hombre que estaba leyendo, levantó la cabeza, era el cervecero, hasta ese instante no lo había reconocido, ropa y peinado a la moda habían logrado una metamorfosis casi inimaginable. Pareció no reconocerme y siguió leyendo el periódico sin dar mayor importancia a la conversación.

Me di media vuelta y abandoné el local. Pero no había recorrido tantos kilómetros para irme sin más, así que aproveché para dar una vuelta por el exterior de las instalaciones. La fábrica era enorme, los fermentadores se elevaban por encima de la estructura, inevitable recordar a aquel pequeño garaje donde comenzó.

En ese momento el cervecero salió del local y casi sin pararse me dirigió una mirada entre desconfianza y curiosidad. Se acercó a su coche y abrió la puerta y durante un instante se paró como si de repente se hubiera dado cuenta de quién era. Me imaginé que daba la vuelta me saludaba amigablemente y me invitaba a probar sus cervezas y ver sus instalaciones, pero finalmente entró en el coche, arrancó y marcho en su Porsche Panamera".


Este cuento no esconde ningún tipo de recriminación, en realidad ilustra el enorme cambio de mentalidad y organización al que tienen que hacer frente todo aquel cervecero que crece… Una nueva forma de entender el negocio: compartir decisiones, implantar procedimientos horarios y reglas para regular toda actividad de una organización que puede convertirse en algo ingobernable.

Y en medio de todo este proceso se encuentra el cliente, como compaginar esa pérdida de cercanía que se produce de manera inevitable con el papel central que debe ocupar dentro de la estrategia del negocio.

En realidad, fui yo el que cometió un error, al no ser consciente del gran cambio que había tenido lugar, y no haberme informado de horarios de apertura o incluso visitas guiadas para canalizar a los posibles visitantes sin que interfieran en la actividad productiva.

Yo por mi parte, estoy seguro que volveré, atendiendo a los horarios, quizás me apunte a una de esas visitas guiadas, como un cliente más sin esperar nada, pero sin olvidar aquéllos tiempos cuando aquel pequeño cervecero comenzaba.


domingo, 10 de noviembre de 2019

#ISD19España - INTERNATIONAL STOUT DAY


Como cada año desde hace ya unos cuantos, únicamente se me escapó la primera edición, el primer jueves de noviembre está marcado en el calendario. Es el “International Stout Day” una de esas fechas para la que siempre reservo una cerveza especial perteneciente al estilo.

Este año huérfano de la convocatoria que todos los años protagonizaba José Benedicto (Teddy) desde su blog “Rubias, Morenas, Negras,… hablo de cerveza” y que impulsaba esta fecha en el calendario cervecero español. Sentía un vacío que solo he podido llenar escribiendo esta pequeña entrada en este blog.

Así pues, celebremos un año más el International Stout Day!!!



¿QUÉ SE CELEBRA?

Como no se os escapará esta celebración tiene como protagonista a las cervezas más oscuras. Desde las precursoras Porter allá en el siglo XVIII, hasta las más modernas interpretaciones de las Imperial Stout, pasando por la clásica Stout.

Se promueve, si no me equivoco, desde “The Beer Goddess” a través de su web www.stoutday.com, vinculada a la cerveza artesanal en Estados Unidos. Como todas estas fechas en el calendario tratan de impulsar el consumo de estos estilos, a los que en ocasiones es difícil entrar, pero que abren las puertas a unas cervezas ricas y complejas que merecen especial atención dentro del mundo cervecero.


¿CÓMO LO HE CELEBRADO?

Siempre he dedicado este día a repasar aquellas cervezas de estos estilos que marcaron mi pasión por la cerveza negra, que comenzó por la Fuller’s London Porter y ha continuado con cervezas como Speedway Stout, Eclipse, Cuvée Delphine o la Porter baltique de Les Trois Mousquetaires que es protagonista en esta edición.

En particular, su Porter Baltique (Bourbon & Brandy) de la gama Grande Cuvée, lo cual son palabras mayores. Recuerdo a la Porter Baltique como una cerveza excepcional sin duda la mejor que he probado de esta microcervecería de Quebec y una de mis cervezas canadienses favoritas. Solo espero que el embarricado esté a la altura de esta cerveza.

Así pues, tras una dura jornada laboral, el jueves 7 de noviembre sabía que en casa me iba a esperar la merecida recompensa. Saco la cerveza del frigorífico y con expectativas abro el corcho de la elegante y cuidada edición de la botella.

Derramo el oscuro líquido en una copa de brandy tipo Snifter y me preparo para disfrutar de una tarde lluviosa de otoño como mejor se puede hacer. 

Inicialmente aprecié su intenso color negro que puesto a trasluz resultaba totalmente opaco, pero fijándome en los bordes descubrí ciertos destellos marrones. Coronando una fina y esponjosa espuma beige que casi de inmediato se redujo a un fino pero duradero anillo. Balanceando la copa un regular encaje de espuma va impregnando las paredes de esta… apariencia perfecta!!!

Siempre me gusta leer la etiqueta buscando más pistas sobre lo que estoy bebiendo. En este caso, la información es todo lo completa que se puede imaginar: ingredientes, envejecimiento, cata, maridaje, temperatura de consumo, copa a utilizar, así como datos más técnicos sobre %Alcohol, IBUS, Densidad e incluso color (escala SRM).

Pero el primer dato que me llama la atención del etiquetado es la maduración, en este caso en barricas de bourbon y brandy de más de 12 años, suena bien. Acerco la copa a la nariz y lo primero que se aprecia con nitidez son unos delicados matices a chocolate con brandy, por detrás algo de madera en forma de aromas avainillados.

Aunque todavía está algo fría para disfrutarla en plenitud, el primer sorbo es revelador. Me quedo más tranquilo, el efecto del embarricado sobre el sabor es perfecto, congenia a la perfección con los matices de la cerveza sin taparlos, gran error de muchas cervezas actuales que se envejecen en barriles de otras bebidas.

Chocolate negro, cacao y vainilla se entremezclan con el bourbon y brandy, apreciable en mayor medida este segundo. El alcohol en realidad es imperceptible, sorprendente para una cerveza de 10% de contenido alcohólico, aunque los matices a brandy nos pueden confundir. En cualquier caso, el resultado es armonioso y el sabor excepcional.

En realidad, no es una cerveza muy corpulenta, en boca es suave pero se echa en falta esa sensación aterciopelada de las imperial stout. Aún así, no desmerece para nada la apreciación global.

La cerveza va adquiriendo temperatura y quieren aparecer ciertas notas acarameladas, así como el alcohol que se asoma tímidamente. Sigue siendo una cerveza muy delicada y armoniosa, me siento reconfortado mirando por la ventana como la lluvia cae incesantemente. Acerco la copa a los labios saboreo uno de los últimos tragos y pienso “¡otro memorable International stout day! realmente lo tendré difícil el próximo año para superar este”.

domingo, 20 de octubre de 2019

FULLER’S VINTAGE ALE 2012


Hacía ya mucho tiempo que no traía una cata de una cerveza a este blog. Primero porque hay muchos otros con mejor paladar y que lo hacen infinitamente mejor que yo y segundo porque desde que existen plataformas y webs de rating ha ido perdiendo un poco el sentido hacerlo en un blog de corte clásico… pero hoy voy a hacerlo con esta Fuller’s Vintage Ale 2012.

En este caso, se trata de una de esas cervezas que guardas para una ocasión especial y nunca encuentras el momento para beberla y pasan los años… en este caso 7 años y aunque durante este tiempo ha sido tratada y almacenada con esmero, no con el objetivo de que evolucione, sino de que mientras llegase su momento se mantuviera en plenas condiciones… veremos si lo hemos conseguido.


FULLER’S

Fuller, Smith & Turner es una vieja conocida del panorama cervecero inglés y mundial. Como no es el objetivo de este post, para el que quiera ahondar en su historia puede hacerlo en su web https://fullersbrewery.co.uk/our-story/

Solo quiero destacar ese elegante equilibrio que ha sabido mantener entre la producción comercial, en masa, y ese perfil de corte tradicional si nos adentramos en el mundo de las “real ales”.

Fuller’s mantiene un interesante portfolio de cervezas, algunas verdaderos clásicos como su ESB o su Porter, delicias para el paladar o sus joyas Brewer’s Reserve y Vintage Ale, muchas veces esquivas, pero que merece la pena conseguir si se cruzan en nuestro camino.


VINTAGE ALE 2012

Sus Vintage Ales llevan elaborándose desde 1997, desde entonces fieles a la cita elaboran esta cerveza seleccionando cada año distintas maltas y lúpulos

Unboxing:

Fuller's Vintage Ale 2012Incluso antes de abrir la caja donde viene: contenida la botella, te das cuenta que Fuller’s Brewery ha puesto una dedicación especial en “vestir” esta cerveza, es un aspecto a destacar y que no pasa desapercibido.

Elegancia, calidad y carácter británico se encuentran presentes en esta edición de esta. La botella viene dentro de una caja de cartón, muy similar a la que contiene a otros licores como un buen whisky. En ella ya podemos obtener mucha información sobre la cerveza que vamos a beber.

Edición limitada y numerada, así como una descripción bastante convincente supuestamente escrita por el maestro cervecero de Fullers John Keeling, en la que incluye el concepto de global de la cerveza, lúpulos utilizados (importante para los fanáticos al envejecimiento) … pero también una frase perturbadora “best before 2015”, creo que me he pasado unos años.

Evidentemente la frase queda matizada con “A pesar de que estamos obligados por la normativa…”. Finalmente, para mi tranquilidad total se añade “al igual que un buen vino o whisky la cerveza puede mejorar durante muchos años más”.

En el interior de la caja, un pequeño libro con las características de todas las añadas elaboradas desde 1997, cuando se elaboró por primera vez, hasta esta Vintage ale 2012. En la botella sigue respirándose ese aroma a exclusividad y elegancia que rodean toda la presentación de esta cerveza. Botella personalizada con el emblema de Fuller, unas etiquetas de calidad con el correspondiente número de edición limitada, en este caso se trata de la botella 127529.



Fuller's Vintage Ale


Cata:

Se trata de una clásica “English Strong Ale” de 8,5% ABV. Como base para su elaboración utiliza su cerveza Golden Pride variando cada año sus ingredientes. Para esta edición utiliza lúpulos Goldings, Soverign y Target, así como la levadura y cebada orgánica de la casa que le dan un toque exclusivo.

Previamente había probado las añadas de Vintage Ale correspondientes a 2006, 2007 y más recientemente la correspondiente a 2015, todas ellas cervezas notables. En todo caso no al emplear para cada una de ellas distintas maltas y lúpulos, no podemos compararlas con esta.
Sin duda, el envejecimiento de cervezas pierde parte de su sentido si no puedes comparar con la cerveza sin envejecer, pero en este caso ya aclaré que se trata de una cerveza que en principio no pensaba dejar tanto tiempo en mi baúl.

A pesar de ello la botella se encuentra acondicionada, lo cual nos asegura que la cerveza ha sufrido cierta evolución.

Puesto que no he probado esta cerveza sin envejecer he acudido a distintas plataformas para hacerme una idea de cómo era esta cerveza sin guarda y he obtenido la siguiente descripción:

“Color ambar claro con una buena cabeza de espuma color blanquecino. Aroma maltoso, caramelo, galletas, notas florales y algo de alcohol. Sabor entremezcla notas maltosas, caramelo, lúpulos, alcohol y final seco. Cuerpo medio y carbonatación media-alta”

Partiendo de esta descripción hacemos nuestra propia cata de una cerveza por la que han pasado casi 7 años.

Fuller's Vintage Ale 2012Aspecto:

Al derramar la cerveza en la copa, sorprende la buena presencia que tiene. La degradación de las maltas no es muy acusada y no se aprecia un exceso de poso en el fondo de la botella. En copa presenta un color marrón claro, ligeramente brumoso, un dedo de sorprendente espuma blanca que tras unos minutos se reduce a un anillo. La carbonatación es débil y apenas apreciable.

Aroma:

En el aroma predomina un perfil claramente dulce Toffe, afrutado del tipo dátiles o uvas pasas y en el fondo se aprecia algo de madera y cuero.

Sabor:

Dulce maltoso, Caramelo amargo, Frutos secos, pasas, manzana madura y madera. suave amargor final, un regusto no muy largo donde se percibe un ligero toque a cuero que se mezcla con alguna nota afrutada. El alcohol se siente, pero no es destacable, le da un toque incluso elegante al acabado.

Sensación en boca:

En boca presenta cuerpo medio, pero nada que incomode el trago, la sensación es vinosa y la carbonatación débil. Sorprende en una cerveza con este añejamiento y más teniendo en cuenta que las descripciones iniciales no hablaban de una cerveza corpulenta.


CONCLUSIONES

Soy un ferviente defensor de la idea de que una cerveza es mucho más que el resultado de la pericia de un buen maestro cervecero. Muchas cervezas y su degustación son una experiencia, sobre todo aquellas que no podemos beber todos los días o que incluso son difíciles de conseguir. Por ello, muchas de estas las reservamos para ocasiones especiales.

Teniendo en cuenta las descripciones de esta cerveza sin envejecer advertimos signos evidentes del paso de los años, el alcohol se ha suavizado y redondeado mutando a sabores dulces, han aparecido ciertas notas a cuero. Sorprendentemente la base de maltas original sigue proporcionando un cuerpo más que suficiente para dar un carácter vinoso a la cerveza.

Lo que es muy interesante es que podemos estar tranquilos de dejarla olvidada unos años sin que se eche a perder, siempre y cuando se cuide su almacenamiento.

El resultado es una cerveza dotada de armonía, agradable y elegante, con muchos matices que parecen funcionar bastante bien integrados, aunque al final, no podemos afirmar si ha mejorado o no con el paso del tiempo.  

Fuller's Vintage Ale 2012


Valoración de El Baúl de las Cervezas: 8/10



Ficha Técnica:
Fabricante:
Fuller's Brewery.
Elaborada en:
Chiswick (Londres - Inglaterra).
Estilo:
English Strong Ale.
Color:
Marrón claro.
Alcohol:
8,5% Alc.
IBUs:
N/A
Temperatura:
12º C.
Servir en:
Copa Snifter.



domingo, 15 de septiembre de 2019

5 AÑOS, 5.000 CERVEZAS


Siempre he repudiado lo pretencioso y engañoso de esos titulares que nos encontramos a diario por las redes y que solo buscan que hagas click en el enlace cargado de publicidad para descubrir que el contenido casi nunca está a la altura de lo esperado. Permitirme que por una vez me una a esta mala práctica… Evidentemente no he bebido 5.000 cervezas en 5 años.

En realidad, el título de este post hace referencia a dos eventos cerveceros personales que se dan la mano hoy y que quería compartir con todo aquel que haya entrado en este blog siguiendo la pequeña trampa del titular.

Pues sí, se cumplen 5 años desde que escribiera por primera vez en este blog, pero además coincidiendo con este hecho mi registro de cervezas dice que he probado 5.000 cervezas distintas.

Cinco años: Este blog, hoy “cuasi-abandonado” nacía hace 5 años, en unas circunstancias personales y vitales muy distintas a las actuales. Siempre había “amenazado” con escribir un blog de cerveza y finalmente se materializó un 15 de septiembre de 2012.

Digo “casi-abandonado” porque muchos de vosotros sabéis de mi dedicación contestando dudas, consultas o comentarios que me llegan casi a diario de un pequeño grupo de personas que al igual que yo se encuentran muy implicadas en el envejecimiento de cervezas, otras simplemente buscan referencias de alguna cerveza o algún lugar de los que he visitado.

He de confesar que este blog cesó su actividad en parte “víctima de su éxito”. Nunca pretendí grandes audiencias y llegó un momento que era incapaz de hacer frente a una cantidad de visitas que generaban consultas, trabajo y tiempo extra que no podía asumir, al final esto es una afición y no un trabajo.

En ningún momento se me ha pasado por la cabeza cerrarlo definitivamente, ya que eso me permite escribir aquello que me apetezca siempre que quiera y así seguirá, aunque los blogs estén en desuso y la manera de crea y transmitir en la red contenidos haya cambiado a otras formas.

Cinco mil cervezas: He de reconocer que he forzado para que coincidiera en fecha con el aniversario de este blog. Desde hace unas semanas me había percatado de que me acercaba a la cifra redonda de las 5.000 cervezas distintas y que mejor forma de llegar a ella que celebrando el aniversario de “El Baúl de las Cervezas”.

Esta cifra puede parecer enorme a los ojos de un bebedor convencional o modesta a los de un beerhunter de la época actual. En realidad, sigo siendo bastante tradicional, vuelvo una y otra vez a aquellas cervezas que me gustan y no desperdicio recursos ni fuerzas en probar siempre cervezas distintas, aunque mi curiosidad innata me lleve a probar cualquier cerveza que se cruza en mi camino.

Así pues, esas 5.000 cervezas son fruto de toda una vida bebiendo esta bebida, desde que un día de los primeros años 90 se me ocurrió recoger todas las cervezas que había probado en una hoja de cálculo “Quattro Pro” y que posteriormente se transformó en un “Excel” que ha ido creciendo sin prisa, pero sin pausa.

Por esas 5.000 cervezas han pasado las cervezas industriales españolas y extranjeras, las cervezas de importación que empezaron a llegar a España, las cervezas tradicionales y locales fruto de mis viajes y en los últimos años las cervezas globales del movimiento craft.

Podéis pensar que buscaría una cerveza especial para celebrarlo, pero ante mi incapacidad de decidirme por una de las que tengo en mi baúl, he intentado que todo fluyera de manera natural, así que he elegido aquello que más me apetecía de lo que tenía en el frigorífico en este momento, eligiendo una soberbia “Aupa Tovarich Aged 14 months in porto barrels” que compré en mi reciente visita a la fábrica de Laugar.

Pues nada más, si habéis llegado hasta el final de esta entrada, aun sabiendo que nada tenía que ver con vuestras expectativas del título, agradezco la atención prestada.

Saludos

domingo, 30 de junio de 2019

EL RETROGUSTO ES MIO


Sí, Pamplona es una ciudad eminentemente cervecera, una afirmación que ya tenía por cierta desde hace mucho tiempo. Varios buenos productores, movimiento homebrewer, blogueros y un buen puñado de tiendas especializadas y cervecerías con prestigio dentro del panorama cervecero nacional, baste con nombrar Manneken Beer y Napargar.

Dicho lo anterior, entenderéis el problema de elegir un lugar para disfrutar unas pocas horas de estancia en esta ciudad, en la que estaba de paso. Bueno realmente no fue muy difícil, “El Retrogusto Es Mío” tienda-bar de vinos y cervezas artesanales, en los aledaños de Pamplona a unos 10 minutos en coche, en Sarriguren, sería el lugar elegido.


En mi caso los argumentos estaban claros:

Al frente de este pequeño negocio Ana Murillo, con un curriculum muy vinculado al vino y la cerveza y a quién conocí a través de las redes sociales y por supuesto de su blog. Quién junto a Mikel Garrues ha dado vida a este proyecto.

Es un proyecto que he visto nacer y crecer en las redes sociales desde sus comienzos hasta que por fin abrió sus puertas.

Maiku brewing, ya que este local cuenta con su propia cerveza y que hasta esta visita no había tenido ocasión de probar.

Cuando viajas con personas a las que le gusta el vino, es difícil compaginar un local donde tanto vino como cerveza sean tratados con el mismo mimo y dedicación y en este local lo hacen.


LA VISITA

El Retrogusto Es Mío se encuentra en una calle, aparentemente peatonal, paralela a una gran avenida donde nos fue fácil encontrar aparcamiento.

La entrada del establecimiento da una gran imagen de bienvenida, estética cuidada que nos invita a entrar.

Por desgracia, a la hora de la visita tanto Ana como Mikel se afanaban en la preparación de una cata de cervezas y quesos, una pena no haberme enterado antes, hubiera sido un buen plan para nuestra tarde-noche en Pamplona.

A pesar de ello me dio la oportunidad de realizar la visita desde el anonimato inicial, lo que me permitió atender al servicio sin la atención especial que se suele dar a un conocido.

El local es más pequeño de lo que me había imaginado, pero suficiente para tener una zona de mesas, unas estanterías con cervezas y vinos a modo de tienda y una barra por la que optamos ya que en la zona de mesas se ultimaban los detalles de la cata que iba a tener lugar. Desde el comienzo el local me dio buen feeling.



La estética de la zona de barra de inmediato me recordó a Warpigs, la famosa cervecería de Copenhague, quizás por sus azulejos blancos, la pizarra y de más detalles.


La atención del chico que se encontraba en la barra fue más que correcta, mi acompañante optaba por un vino rosado de Navarra y la sorprendente recomendación fue un vino de autor envejecido en barrica, algo muy poco común en un vino de este tipo y que también tuve oportunidad de probar, un acierto. Este tipo de productos definen por si mismos el concepto de local que Ana y Mikel han querido dar a su local.

Yo opté por una de las cervezas locales, una Maiku pale ale, bien elaborada y con todo lo que podemos esperar en el estilo: aroma y amargor suave, extraordinariamente refrescante… muy disfrutable.


Un rápido repaso a las cervezas y vinos que tenían en “la zona de tienda” con una buena y cuidada selección.  De la que lógicamente opté por llevarme la gama de cervezas Maiku.

Por último, no podía irme del local sin saludar a Ana, a quién solamente conocía de las redes sociales y comunidad bloguera, que todavía seguía ocupada en los últimos preparativos, así que pedí al camarero que le avisara. 

Rápido intercambio de saludos y opiniones, indicando lo agusto que nos habíamos sentido en “El Retrogusto es mío”. Una pena no poder terner más tiempo para hablar.



CONCLUSIONES

Sin duda un gran acierto habernos acercado hasta este local. Pequeño pero un lugar donde sentirte muy cómodo mientras saboreas una buena cerveza o vino. Selección de productos cuidados y atención especializada, personalizada y cercana que te podrán recomendar aquello que buscas o algo que te sorprenda… como suele decirse “volveré”.





El Retrogusto Es Mío 

Calle Bardenas Reales 68
Sarriguren (Navarra) 
Web: http://elretrogusto.es