domingo, 10 de noviembre de 2019

#ISD19España - INTERNATIONAL STOUT DAY


Como cada año desde hace ya unos cuantos, únicamente se me escapó la primera edición, el primer jueves de noviembre está marcado en el calendario. Es el “International Stout Day” una de esas fechas para la que siempre reservo una cerveza especial perteneciente al estilo.

Este año huérfano de la convocatoria que todos los años protagonizaba José Benedicto (Teddy) desde su blog “Rubias, Morenas, Negras,… hablo de cerveza” y que impulsaba esta fecha en el calendario cervecero español. Sentía un vacío que solo he podido llenar escribiendo esta pequeña entrada en este blog.

Así pues, celebremos un año más el International Stout Day!!!



¿QUÉ SE CELEBRA?

Como no se os escapará esta celebración tiene como protagonista a las cervezas más oscuras. Desde las precursoras Porter allá en el siglo XVIII, hasta las más modernas interpretaciones de las Imperial Stout, pasando por la clásica Stout.

Se promueve, si no me equivoco, desde “The Beer Goddess” a través de su web www.stoutday.com, vinculada a la cerveza artesanal en Estados Unidos. Como todas estas fechas en el calendario tratan de impulsar el consumo de estos estilos, a los que en ocasiones es difícil entrar, pero que abren las puertas a unas cervezas ricas y complejas que merecen especial atención dentro del mundo cervecero.


¿CÓMO LO HE CELEBRADO?

Siempre he dedicado este día a repasar aquellas cervezas de estos estilos que marcaron mi pasión por la cerveza negra, que comenzó por la Fuller’s London Porter y ha continuado con cervezas como Speedway Stout, Eclipse, Cuvée Delphine o la Porter baltique de Les Trois Mousquetaires que es protagonista en esta edición.

En particular, su Porter Baltique (Bourbon & Brandy) de la gama Grande Cuvée, lo cual son palabras mayores. Recuerdo a la Porter Baltique como una cerveza excepcional sin duda la mejor que he probado de esta microcervecería de Quebec y una de mis cervezas canadienses favoritas. Solo espero que el embarricado esté a la altura de esta cerveza.

Así pues, tras una dura jornada laboral, el jueves 7 de noviembre sabía que en casa me iba a esperar la merecida recompensa. Saco la cerveza del frigorífico y con expectativas abro el corcho de la elegante y cuidada edición de la botella.

Derramo el oscuro líquido en una copa de brandy tipo Snifter y me preparo para disfrutar de una tarde lluviosa de otoño como mejor se puede hacer. 

Inicialmente aprecié su intenso color negro que puesto a trasluz resultaba totalmente opaco, pero fijándome en los bordes descubrí ciertos destellos marrones. Coronando una fina y esponjosa espuma beige que casi de inmediato se redujo a un fino pero duradero anillo. Balanceando la copa un regular encaje de espuma va impregnando las paredes de esta… apariencia perfecta!!!

Siempre me gusta leer la etiqueta buscando más pistas sobre lo que estoy bebiendo. En este caso, la información es todo lo completa que se puede imaginar: ingredientes, envejecimiento, cata, maridaje, temperatura de consumo, copa a utilizar, así como datos más técnicos sobre %Alcohol, IBUS, Densidad e incluso color (escala SRM).

Pero el primer dato que me llama la atención del etiquetado es la maduración, en este caso en barricas de bourbon y brandy de más de 12 años, suena bien. Acerco la copa a la nariz y lo primero que se aprecia con nitidez son unos delicados matices a chocolate con brandy, por detrás algo de madera en forma de aromas avainillados.

Aunque todavía está algo fría para disfrutarla en plenitud, el primer sorbo es revelador. Me quedo más tranquilo, el efecto del embarricado sobre el sabor es perfecto, congenia a la perfección con los matices de la cerveza sin taparlos, gran error de muchas cervezas actuales que se envejecen en barriles de otras bebidas.

Chocolate negro, cacao y vainilla se entremezclan con el bourbon y brandy, apreciable en mayor medida este segundo. El alcohol en realidad es imperceptible, sorprendente para una cerveza de 10% de contenido alcohólico, aunque los matices a brandy nos pueden confundir. En cualquier caso, el resultado es armonioso y el sabor excepcional.

En realidad, no es una cerveza muy corpulenta, en boca es suave pero se echa en falta esa sensación aterciopelada de las imperial stout. Aún así, no desmerece para nada la apreciación global.

La cerveza va adquiriendo temperatura y quieren aparecer ciertas notas acarameladas, así como el alcohol que se asoma tímidamente. Sigue siendo una cerveza muy delicada y armoniosa, me siento reconfortado mirando por la ventana como la lluvia cae incesantemente. Acerco la copa a los labios saboreo uno de los últimos tragos y pienso “¡otro memorable International stout day! realmente lo tendré difícil el próximo año para superar este”.

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