Un día en una cervecería me tomé una cerveza que se hacía
llamar Salvator, su potencia y sabor maltoso, suave y bien equilibrado me
cautivó al instante.
A la Salvator le siguieron Optimator, Sympator, Animator,
Cambonator, Maximator, Curator, Raucherator, Bajuvator, …y por fin una de mis
últimas, una tal Ayinger Celebrator.
Desde entonces esta última se convirtió en una de mis doppelbock favoritas… por que para los que todavía
estuviesen un poco despistados estamos
hablando de este estilo germano.
Una terminación del
nombre de la cerveza en –ator suele ser indicador bastante preciso de que estamos ante
una cerveza de este estilo. Aunque existen gloriosas excepciones como la
Weihenstephaner Korbinian.
Una de las anécdotas que me gusta contar cuando estoy
bebiendo una doppelbock es la que dio origen a este estilo… venga la cuento:
Pues la historia tiene su origen en la Orden de San
Francisco de Paula, que allá por 1627 se establecieron en Munich desde Italia.
Como otras congregaciones, preocupados por el ayuno en Cuaresma elaboró un “pan
líquido”, una cerveza realmente fuerte.
Fuente: paulaner.com |
Desgraciadamente/afortunadamente, un viaje largo y caluroso arruinó totalmente el brebaje…
cuando el Papa lo bebió no pudo más que confirmar que aquella cerveza era lo
suficientemente mala… una verdadera penitencia propia del periodo de Cuaresma y
dio su visto bueno.
Quizás si la cerveza hubiera llegado en buen
estado hoy no estaríamos hablando de este estilo, aunque yo prefiero pensar que su sabor hubiera cautivado al Papa y hubiera dado su beneplácito igualmente.
AYINGER CELEBRATOR
Pues sí, en realidad Ayinger Celebrator fue de las últimas
doppelbock que se unieron a la larguísima lista de cervezas de este estilo que
he probado, eso sí, hace ya bastantes años.
Impulsado por los buenos comentarios que leía y escuchaba
por doquier. Solo hace falta echar un vistazo a las webs de rating o realizar
el sencillo ejercicio de preguntar a aficionados al mundo de la cerveza para
recibir un feedback repleto de piropos… “la
reina de las doppelbock”. Al margen de las buenas opiniones de los
aficionados, tiene un extenso curriculum de premios y menciones.
Por dar unas notas de cata, diré que tiene una excelente
apariencia. Marrón oscura, muy oscura con algún destello ámbar/rojizo. Espuma beige cremosa
que inicialmente crece pero que en un momento se reduce a un anillo de algo
menos de un dedo.
Huele a maltas tostadas. Caramelo, frutos secos, pasas y un
toque de alcohol al final. En el sabor dominan las maltas, es complejo con
muchas capas ligeramente dulces y tostadas. Delicadamente acaramelada, pero
nada empalagosa, de hecho no es tan dulce como otras doppelbock que conozco. El amargor del lúpulo equilibra el sabor a la
perfección y quizás aquí está la clave. En boca es sedosa y suave. El alcohol está bien integrado. El final es seco y tiene alguna nota a café.
Evidentemente se encuentra entre mis favoritas pero desprovista de experiencias ligadas a recuerdos, viajes y anécdotas, no ocupa el mismo lugar en mi corazón cervecero que otras doppelbock.
La verdad que me suelo resistir a algunas de estas cervezas que todo el mundo habla bien de ellas y que reciben menciones especiales en ratings, listas y concursos. Pero en este caso, he de reconocer que son bien merecidos. Sin duda una magnífica cerveza, de sobresaliente… no podía dejar pasar la oportunidad de hablar de ella, aunque existan miles de artículos en la red.
Valoración de El Baúl de las Cervezas: 9,25/10
Ficha Técnica:
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Fabricante:
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Brauerei Aying.
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Elaborada en:
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Aying (Alemania).
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Estilo:
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Doppelbock.
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Color:
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Marrón oscuro.
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Alcohol:
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6,5% Alc.
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IBUs:
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N/A
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Temperatura:
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12º
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Servir en:
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Jarra Dimpled/Copa Stem.
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