- Por fin!!! Una cerveza de verdad!!!
- ¿de verdad? ¿no te entiendo?
- Sí, una cerveza que sabe a cerveza. Últimamente las cervezas parecen pizzas, llevan de taodo, pero no saben a cerveza.
Estas palabras dichas por alguien a quién le gusta la
cerveza, pero ajeno al mundo cervecero y a sus modas, dan pie a una reflexión.
Ciertamente, no es algo nuevo que a la cerveza se le añadan ingredientes para
darle nuevos matices y sabores.
Ya en los albores de la historia de la cerveza se les añadió
de todo: hierbas, especias, flores, etc para compensar el extremo dulzor de la
malta. Hasta que llegó el lúpulo y se convirtió de pleno derecho en un
ingrediente indispensable de la cerveza.
Otros ingredientes, sin ser indispensables dentro de la
receta de esta bebida se han incrustado en nuestro ideario y definen a las
cervezas de determinados estilos, por ejemplo, ¿que serían algunas
lambic sin sus versiones de frutas?
Pero a partir de aquí entramos en terreno peligroso, bien es sabido la adición de café para potenciar los matices torrefactos de la malta tostada en las stouts, caramelo en
algunos estilos belgas, de frutas en las India Pale Ales para lograr ese punch
tropical o de licores destilados para darle a la cerveza un perfil más
alcohólico…. Ya no digamos verdaderas aberraciones como cerveza con sabor a
pizza, a jamón ibérico, etc.
Pero ¿dónde está el límite? Reconozco que alguna de mis
cervezas favoritas son lo que son gracias a unas cantidades ingentes de algún ingrediente
que poco o nada tiene que ver con la elaboración de cerveza.
¿Es lícito? Puede que simplemente se trate de lograr nuevos
sabores distintos a los convencionales, quizás matices que no se podrían alcanzar con los ingredientes tradicionales… eso es evolución del producto. Pero en el
peor de los casos pueden tratar de enmascarar una elaboración mundana mediante
la adición de ingredientes que desvían nuestra atención de la cerveza.
Es cierto, está de moda, siempre echo un vistazo en las
redes sociales, los foros cerveceros y al leer frases de “un verdadero zumo de
frutas” o “grandísimo expreso” o comprobar las valoraciones tan positivas que
se hacen en las webs de ratings de determinadas cervezas no sé si reír o
llorar.
La pregunta es ¿esto es bueno para la cerveza? Quiero decir,
¿empezamos a valorar la cerveza por otros ingredientes añadidos y no por la
cerveza en sí?
¿Qué nos pasa? ¿nuestra cultura cervecera ha caído a niveles
tan básicos o los aficionados a la cerveza nos hemos convertidos en unos
autómatas en manos de no sé qué intereses que alabamos todo aquello que lleva
por nombre cerveza?
Reconozco que no estoy libre de culpa, por eso este post
lleva implícito una buena carga de autocrítica, muchas veces he dicho esas
mismas frases y me he visto embaucado por elaboraciones que llevaban más fruta
que los zumos que tomo por la mañana, pero aun así voy a tirar la piedra: “No
me gusta y creo que es una traición a las buenas artes cerveceras”.
En cierto modo, esto enlaza con una conversación que tuve
hace poco por las redes sociales, una persona con muy buen criterio decía “yo
prefiero tomarme un café, un zumo o un oporto antes a una cerveza que contenga
esos mismos sabores”.
Llamarme anticuado, purista o lo que queráis, en realidad no
me importa, pero a mí me gusta que los sabores tostados, torrefactos, a
chocolate y café provengan de la utilización de maltas tostadas. Los sabores
tropicales, florales y herbales de la variedad del lúpulo utilizado. Los sabores
afrutados de la levadura o del lúpulo y que si se añade “algo más” sea
únicamente para dar un ligero matiz o redondear la receta, pero creo que ningún
caso ser el eje central o el protagonista absoluto de la cerveza.
Y sí, yo personalmente, también prefiero beber un zumo de
mango a una cerveza con cantidades ingentes de esta fruta, un buen café a una
cerveza con kilos de este ingrediente y un excelente whisky a una cerveza a la
que se han añadido litros de un mal representante de este destilado.
Creo que tienes gran parte de razón en tu discurso, pero también hemos de pensar que el país con mas variedad de estilos,como es Bélgica introduce adjuntos aromatizantes en gran parte de sus especialidades clásicas. Solo disfrutemos de la cerveza
ResponderEliminarGracias por tú comentario, sobre todo me encanta que eres fiel a la idea que intento transmitir a partir de este blog "Solo disfrutemos de la cerveza", pero justamente por eso a veces necesitas que eso que estas bebiendo sea eso "cerveza".
EliminarEste texto es simplemente una reflexión en aras de no perder la esencia de esta bebida. Añadir aromatizantes o ingredientes que suavicen o mejoren la "bebilidad" siempre ha sido algo inherente a esta bebida, no solo en Bélgica... pero muchas veces me planteo si lo que estoy bebiendo es cerveza.
Saludos!!!